Itongadol.- Dos hombres de unos 20 años murieron en un tiroteo a última hora de la noche del martes, mientras una violenta ola de crímenes seguía asolando sin control a la comunidad árabe de Israel en cifras récord.
Los residentes de la ciudad de Rahat, predominantemente beduina, fueron los miembros número 143 y 144 de la comunidad árabe asesinados como consecuencia de la ola de crímenes de este año. En todo 2022, 116 miembros de la comunidad árabe fueron asesinados en delitos violentos, y en 2021 se alcanzó un récord anual de 126 miembros de la comunidad asesinados.
Las últimas víctimas -que no fueron identificadas de inmediato- conducían por la ruta 40 cerca del cruce de Lehavim, en el sur de Israel, cuando los sospechosos abrieron fuego desde otro vehículo en marcha.
Los jóvenes fueron trasladados de urgencia al Centro Médico Soroka de Beersheba en estado crítico, y los médicos se vieron obligados a declarar su muerte poco después de su llegada. Un tercer hombre resultó herido de bala y moderadamente herido en el incidente y consiguió llegar al hospital por sus propios medios, según la policía, que no especificó si iba en el coche con las otras dos víctimas.
La policía abrió una investigación sobre el incidente y declaró a los medios hebreos que sus conclusiones iniciales indicaban que el tiroteo era el resultado de una larga disputa entre familias de bandas de Rahat. Las fuerzas del orden especularon con que los autores del ataque del martes buscaban vengarse del asesinato de un familiar a manos de miembros de una banda rival en Rahat a principios de verano.
Los agentes descubrieron un vehículo abandonado e incendiado en una carretera cercana y estaban comprobando si era el coche utilizado en el tiroteo de la madrugada.
El miércoles por la tarde, la policía anunció la detención de un sospechoso del tiroteo, un vecino de Rahat de unos 30 años. Fue trasladado para ser interrogado y deberá comparecer el jueves ante el Tribunal de Primera Instancia de Beersheba.
Los homicidios de los habitantes de Rahat se produjeron menos de un día después de que Iham Abu Saleh, futbolista de 19 años de Shfaram, muriera tiroteado en su ciudad natal.
En los últimos años, la comunidad árabe de Israel se ha visto inmersa en una oleada de delitos violentos.
Muchos líderes de la comunidad culpan de la ola de delincuencia a la policía, que, según ellos, no ha tomado medidas enérgicas contra las poderosas organizaciones delictivas e ignora en gran medida la violencia. También apuntan a décadas de abandono y discriminación por parte de las oficinas gubernamentales como la causa fundamental del problema.
El Ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, que hizo campaña con la promesa de reforzar la seguridad pública y cuyo ministerio supervisa a la policía, ha permanecido en gran medida callado ante la creciente ola de delincuencia, a pesar de que su ministerio supervisa a la policía.
Los miembros de la anterior coalición de unidad -que incluía a un partido árabe por primera vez en la historia de Israel- sostienen que las medidas que adoptaron para abordar las causas profundas de la endemia condujeron a un descenso poco frecuente, aunque marginal, de los asesinatos.