Itongadol.- Otros dos israelíes murieron hoy víctimas del coronavirus lo que elevó a doce el número de víctimas fatales mientras que más de 3000 se encuentran infectadas por el nuevo virus.
Un paciente de 80 años que estaba en estado crítico y padecía afecciones subyacentes falleció en el Hospital Wolfson cerca de Tel Aviv, mientras que un hombre de 73 años murió antes en el Hospital Rambam en Haifa.
Esta mañana dos nuevas muertes se produjeron como consecuencia de la pandemia. Un hombre de 93 años que falleció en el hospital Soroca de Beer Sheva y una mujer de 76 años que falleció en el hospital Hasharón en el centro del país. De esta manera se llega al número de 10 muertes por el COVID-19.
El ministerio de Salud también publicó los nuevos datos de infectados: 3.035 en total. 49 de ellos en estado grave, 60 en estado moderado y 2,838 en estado leve.
Lo que más preocupa a las autoridades del ministerio de Salud es el constante aumento de los enfermos graves que ya llegan a 49 y ello supone que cada vez más gente debe ser internada en terapia intensiva y que van a necesitar respiradores artificiales.
Al mismo tiempo, otra preocupación es para las autoridades del gobierno a nivel económico. Desde ayer a las 17:00 y hasta hoy a las 5:00 de la mañana, se anotaron otras 9,497 personas al círculo de desocupados. En el día de ayer en total se anotaron 42,860 personas.
Desde el principio de marzo se anotaron 732,525 personas, un 90% de ellas, por vacaciones obligadas sin goce de sueldo. En este momento, el porcentaje de desocupados en Israel es del 21,4%, un porcentaje súmamente alto, en comparación al porcentaje de antes del comienzo de la crisis del coronavirus.
Ayer comenzaron en Israel las nuevas regulaciones de comportamiento de la población, registrándose decenas de multas contra aquellas personas que salieron a distintos lugares, más lejos de los 100 metros permitidos.
A partir de la semana que viene, la policía va a patrullar más las calles y esta mañana, el vocero del FDI informó que 500 soldados se acoplarán a las fuerzas policiales para patrullar las ciudades y comprobar que los ciudadanos no infringen las nuevas reglas.