Itongadol.-
Con un alarmante pedido, salieron las autoridades del ministerio de Salud esta mañana para impedir un contagio multitudinario en el barrio ultraortodoxo de Bnei Brak.
“Si los infectados de Bnei Brak no son sacados a un lugar fuera del barrio, nos convertiremos en Italia”, ese fue el pedido de una de las principales autoridades del ministerio. “Hasta el fin de semana tendremos más de 1,000 infectados en la ciudad, esta es una alarma verdadera”.
El ministro de seguridad interior, Guilad Erdan, pidió esta mañana a la Knesset, sacar un decreto para que la policía pueda entrar a las casas y sacar a las personas infectadas cuanto antes, sino, todo el esfuerzo va a ser en vano y demasiado tardío.
El problema de Bnei Brak y otros barrios religiosos, como Mea Shearim en Jerusalem, es que ellos viven en otro mundo, no ven televisión y la información les llega solamente por medio de los rabinos. Esta semana, los distintos canales de TV mostraban cómo las calles de los 2 barrios religiosos estaban llenas de gente como un día común mientras que las calles de todo el país estaban desiertas. Ahí es cuando las autoridades prendieron la alarma que eso es como una bomba de tiempo que puede explotar en la cara de todo el país. Si de esos barrios van a haber muchos infectados, ellos llenarán los hospitales, acabarán con todos los respiradores artificiales y ahí es cuando toda la situación se convertirá en una catástrofe.
El principal problema es que cada familia religiosa de esos barrios tiene por lo menos 10-12 hijos, y si cada familia se contagia uno al otro, los números de infectados son capaces de destruir cualquier sistema de Salud, y ése es el temor de las autoridades hoy en día.
En las últimas horas se vio un aumento de la cantidad de policías y soldados patrullando las calles de Bnei Brak para impedir que la gente salga a la calle y eso está dando resultado, pero se cree que ya es demasiado tarde y la gente ya está infectada, algo que se podrá comprobar en los próximos días.
Esta semana ya hubo un acto de irresponsabilidad en Bnei Brak, cuando unas 500 personas asistieron a un entierro, violando las reglas de las autoridades. Lamentablemente, la policía decidió en ese momento no entrar en conflicto con los asistentes al entierro en vez de dispersarlos como debían haberlo hecho, y quien sabe cuanta gente se contagió en ese momento.