Itongadol/Agencia AJN.- En el tramo final de la campaña electoral, el primer ministro Binyamin Netanyahu está intentado – por medio de mensajes, reuniones y entrevistas en todos los medios – atraer a todos los votantes de derecha a que voten al Likud, a expensas de los partidos más pequeños del bloque.
Netanyahu intenta convencer a los electores de que la derecha corre peligro de perder el gobierno si su partido, el Likud, no resulta ser más grande que su principal rival, el centrista Azul y Blanco. El primer ministro convocó ayer a una “reunión de emergencia” a los legisladores de su partido en la que les aseguró que necesitan todos los votos o de lo contrario perderán las elecciones.
“No es una maniobra, es completamente real”, les dijo. “Debemos achicar la brecha y yo les digo: si no lo hacemos, Yair Lapid será primer ministro. No tenemos 61 candidatos que recomienden al Likud para formar coalición, sencillamente no hay. Lo único que importa es que nuestro partido sea el que reciba más votos”, agregó.
Netanyahu también hizo declaraciones contra otros candidatos de derecha, como Naftali Bennett y Moshe Feiglin, a pesar de que eso podría hacer que no alcancen el umbral electoral y el bloque de derecha se reduzca. En el caso de Bennett, lo acusó de estar a punto de llegar a un acuerdo con Yair Lapid para entrar en el gobierno y sobre Feiglin señaló que está registrando un gran aumento en las encuestas, pero se niega a comprometerse a que recomendará únicamente a Netanyahu para formar la coalición.
Casi todos los líderes de los partidos de derecha más pequeños están coordinando los mensajes que difundirán en estas últimas horas de campaña, para tratar de impedir que Binyamin Netanyahu les quite los votos. Fuentes de derecha citadas hoy por la prensa israelí aseguran que “Netanyahu está llevando adelante una campaña engañosa, plagada de mentiras, mientras sabe que él será el próximo primer ministro, con apoyo del bloque de derecha”.
Las fuentes dijeron también que algunos de los partidos amenazan con vengarse de Netanyahu después de las elecciones, cuando los necesite para formar gobierno y deban negociar qué ministerios y qué otros cargos les reserva.
Incluso en el partido ortodoxo Shas acusaron al primer ministro Netanyahu de “ingratitud”. El titular de Shas, Arieh Deri, llenó las calles del país con posters que llaman a votar al partido y a apoyar a Binyamin Netanyahu en los que se ven las imágenes de los dos líderes. “Nosotros fuimos los únicos que dijimos desde el principio lo que nadie más dijo: que apoyaremos a Binyamin Netanyahu aunque sea sometido a juicio, hasta el último minuto en que la ley le permite estar en el cargo. No hay ni hubo más leales que nosotros. Pero, lamentablemente, esta situación me duele e incluso pienso que es una muestra de ingratitud”.