Itongadol.- Lily Safra (1934-2022) fue una mujer extraordinaria, de una elegancia y generosidad sin igual. Junto a su esposo Edmond Safra, fallecido en 1990, construyeron un emporio de filantropía: la Fundación Edmond J. Safra, una de las más importantes del mundo. Su objetivo siempre fue claro: lograr que todas las personas tuvieran acceso a una vida digna. Para lograrlo, aquellos que tienen el privilegio de tener más riqueza (sea material o de otro tipo), deben dar también a otros para ayudarlos a desarrollar toda su dignidad humana.
Entre las obras más destacadas de la Fundación Edmond J, Safra, se encuentran la Fundación Michael J. Fox para la investigación del mal de Parkinson; el Hospital para Niños del Centro Médico Jaim Sheba en Tel Hashomer, que está a la vanguardia de la pediatría a nivel mundial; el Centro de Ética de la Universidad de Harvard, uno de los principales centros de investigación y educación interdisciplinaria de ética aplicada; y el Campus de Ciencia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, uno de las más prestigiosos del mundo. También implementan extensos programas de ayuda social y humanitaria en Israel, Ruanda, Rumania, Indonesia, India, Ucrania, Brasil, Uruguay y muchos otros países.
Uno de los pilares de la vida de Lily Safra fue la transmisión del legado ancestral del pueblo judío y su tradición. Su Fundación se encarga de sostener programas de educación judía en todo el mundo, desde el Museo Yad Vashem en Israel (el más importante del mundo sobre la Shoá) y el Memorial de la Shoá en Francia hasta la restauración, inauguración y mantenimiento de sinagogas históricas en Jerusalén, Nueva York, Miami, San Petersburgo, Moscú, Ginebra, entre otros puntos del mapa.
Gracias a la fundación de Edmond y Lily Safra, la organización Menora cuenta con el Instituto Edmond J. Safra de Capacitación Rabínica, Formación Docente y Liderazgo Comunitario, en el que se forman decenas de rabinos y maestros para educar a la juventud, tal como lo desearon Lily y Edmond, de acuerdo la tradición de la Torá, de manera viva y dinámica y con sólidos conocimientos académicos de todos los campos, para así asegurar un futuro liderazgo de excelente formación, junto con altos valores éticos y morales. Lily Safra, al igual que Edmond Safra, estarán por siempre presentes. Honraremos su memoria con cada maestro y cada rabino que estudie en su Instituto; su alma se elevará con cada uno de los miles de jóvenes que reciben una palabra de Torá de los maestros y rabinos que se forman en el instituto Edmond J. Safra de Menora.