Inicio INTERNACIONALES Israel/Emiratos Árabes: Lior Haiat. «Fui el primer diplomático israelí que entró a la Cancillería de Abu Dabi»

Israel/Emiratos Árabes: Lior Haiat. «Fui el primer diplomático israelí que entró a la Cancillería de Abu Dabi»

Por Gustavo Beron
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Itongadol (Especial desde Jerusalem) .- Lior Haiat, vocero de la Cancillería israelí, adquirió en los últimos años una importante visibilidad a partir de los históricos acuerdos que se firmaron con distintos países árabes como los Emiratos Árabes y Bahréin, durante la gestión del ex primer ministro Benjamin Netanyahu y bajo el auspicio del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

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Lior Haiat, vocero de la Cancillería israelí junto al periodista Daniel Berliner (Itongadol)

En una entrevista con la Itongadol realizada en Jerusalem, Haiat, quien fue vocero y agregado cultural de la embajada de Israel en la Argentina a principios de 2000, confesó que a la hora de analizar el origen de esos acuerdos trascendentales para la paz en Medio Oriente fue «todo surrealista» lo ocurrido durante el último año, que tuvo entre otras postales, la imagen de cinco emiratíes despidiendo un avión de El Al, la aerolínea de bandera israelí.

«Nunca me imaginé todo esto y me acordé de la razón por la qué me hice diplomático. Que es una cosa que entre en la carrera diplomática hace 20 años, muy joven y la única cosa que tenía, por un lado, es como seguir el servicio militar que hice, que defendí el Estado de Israel y quiero seguir defendiendo el Estado de Israel con otras herramientas, con otro uniforme, pero el rigor es el mismo. Pero, por otro lado, quiero ser parte del Proceso de Paz. Es para mí parte de la defensa del Estado de Israel, crear una situación en la que Israel viva en paz con sus vecinos. Pasaron muchos años y en esos años estuve en Argentina, estuve en Madrid», resumió el diplomático.

AJN: ¿Siempre mantuvo esa idea?

LH: Entre en la carrera y en ningún momento me olvidé de la razón inicial, del por qué tomé el primer paso en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Hace un año, un año y un poco más, me acuerdo bien, me llamó el director general de la Cancillería, casi a la medianoche y me dice ‘Lior tenés el pasaporte preparado’. ‘Estábamos en el medio de Covid, a dónde voy’, fue mi primera respuesta. Y él me dice ‘mañana vas a los Emiratos Árabes Unidos’, hace un año, antes de la firma del primer acuerdo. Y teníamos que tomar un vuelo a Europa para tomar otro vuelo de la compañía aérea de Abu Dabi y llegar ahí. Y los 4 días que estuve en los Emiratos, antes que llegara la delegación oficial, la primera delegación oficial, es difícil de entender el gran momento en donde estábamos.

AJN: ¿Por qué resultaba difícil?

LH: Porque veníamos, empezamos a trabajar a full para preparar la delegación, no teníamos ninguna infraestructura ahí. Entonces teníamos que empezar con los contactos del Ministerio de Asuntos Exteriores de los Emiratos, y después con los jefes del Gobierno. Todo porque en 3 días, 4 días iba a venir una delegación oficial, con un vuelo directo que iba a sobrevolar Arabia Saudita. El tiempo jugó, corrimos para hacer todo. Y ahí estamos, después de 4 días, en el aeropuerto, en la terminal de El Al en el aeropuerto de Abu Dabi, y vemos el avión de El Al llegar, y vemos las banderas de Israel, por primera vez en ese aeropuerto. En ese mismo momento, cuando el avión ya estaba llegando a la terminal, me llaman de un canal de televisión de Israel y me dicen: ‘Lior no tenemos nadie ahí, queremos que nos cuentes lo que ves’, y empecé a hablar. Y es la primera vez que tenía una visión muy clara, de por qué me hice diplomático. Me llevó 20 años, me mandaron a diferentes lugares del mundo, me llamaron de vuelta a Israel para ser vocero de la Cancillería para llegar al 31 de agosto del año 2020, en Abu Dabi, en ese momento con 45 grados afuera, con traje y diciendo ‘estoy aquí, estamos haciendo la historia’. Y cuando estuve hace 3 semanas en Bahréin, porque estuve en los Emiratos, en Bahréin, en Marruecos, otra vez en los Emiratos inaugurando la Embajada, en un año. Antes nadie hubiera pensado que en este año íbamos a tener una embajada de Abu Dabi, otra embajada en Bahréin, un consulado en Dubái, una oficina en Marruecos, y terminamos la segunda vuelta, la inauguración de todas las sedes diplomáticas. Llegué a Bahréin y seré en mí paso a la historia del Estado de Israel.

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Lior Haiat en la embajada de Israel en Bahrein

AJN: En cierta medida, la foto resume toda esa gestión.

LH: Es una foto que no puedo creer lo que ha pasado. Misión cumplida también. Perdón, no, no cumplida. Es una misión increíble, pero es como despertar de un sueño increíble y ver que el sueño ha sido realidad.

AJN: ¿Por qué considera que no está cumplida?

LH: Porque tenemos otros países. El camino hacia la paz comienza en los años ’70 con Egipto, después en los años ’90 con Jordania, y sigue, porque no se puede pensar en los Acuerdos de Abraham sin entender el paso que hizo Egipto, Anwar al Sadat en el ’77, después firmar el acuerdo en el ’79 y el rey Hussein de Jordania en los años 90, 94. Es un piso sobre otro piso.

AJN: ¿Cómo explica que estos acuerdos se hayan concretado en esta etapa?

LH: Creo que no hay una razón, hay varias razones. Esas razones son primero que por más de dos décadas Israel trabajó, tuvo contactos con los Emiratos Árabes.

AJN: Disculpe Lior, el Jerusalem Post habla de que existió una embajada oculta hace 10 años.

LH: No fue una embajada. Teníamos contactos en diferentes niveles con los Emiratos Árabes Unidos, con Bahréin, con otros países. Seguimos, hablamos hoy con casi todos los países del Medio Oriente, en diferentes niveles; y cada país toma la decisión en su ritmo de cuando hacer el paso, desde la oscuridad, desde las puertas cerradas hacia las puertas abiertas.

AJN: Vuelvo al origen de la pregunta porque si bien no era una embajada, los países de origen sabían que existía esa oficina o sólo Israel

LH: Obvio. No somos una agencia de inteligencia, somos una Cancillería, somos diplomáticos, trabajamos en forma oficial, no todos lo sabían, pero sabían. Como yo decía, yo entré a la Cancillería de Abu Dabi y fuí, tal vez, el primer diplomático israelí que entró por la puerta principal, pero había muchos colegas míos que entraban, pero por la puerta de atrás, para que nadie los vea y se sentaron en una oficina.

AJN: En resumen, ¿estos acuerdos tienen un proceso de maduración?

LH: Los diplomáticos israelíes hicimos la infraestructura, la base para que los Acuerdos de Abraham pudieran existir. Desde ese momento, los Acuerdos de Abraham, lo que hacemos ahora, y en eso voy a citar al canciller Lapid, pasamos de un acuerdo de paz a una vida de paz. De ser contrapartes a ser amigos. Ese es el proceso que estamos haciendo ahora.

AJN: Pero desde su percepción, ¿Por qué cree que surgen ahora?

LH: Porque creo que tiene que ver con asuntos regionales

AJN: Cuando habla de asuntos regionales, ¿tiene que ver con la presencia o la amenaza de Irán en la región?

LH: Entre otras cosas, también Irán o los cambios. Tiene que ver con un impulso histórico que hizo la administración del presidente Trump, que hay que tener que darle el crédito porque puso el esfuerzo para decir ‘es el momento ahora para hacerlo’; y creo que tiene también que ver con tecnología, porque los líderes de esos países entendieron que sus pueblos ya están en contacto con Israel a través de las redes sociales, a través de la televisión. Entonces ya se creó una base de entendimiento de que Israel no debe ser su enemigo, sino puede ser su partener, una oportunidad para esos países y no estar en un conflicto, y eso es un paso importante. Y por eso el día cuando se anunció, el mensaje que me quedó ese día tan importante, el 13 de agosto, fue un tipo que sacó el laúd, un instrumento musical árabe, y tocó Hatikva, y eso fue increíble. De dónde lo sacó, lo sacó porque estaba en contacto con Israel y lo conocía a través de las redes sociales.

AJN: ¿Por qué hay tanto afecto hacia Israel desde estos países?

LH: Porque creo que cuando abrimos esa puerta, esa ventana hacia Israel. Y cuando digo abrimos desde la Cancillería, en el 2015 comenzamos unas redes sociales en árabe, con un mensaje de paz para nuestros vecinos, y de a poco surgían otras.

AJN: ¿Quién comienza con esa campaña?

LH: Y se creó la base, el diálogo. El primer diálogo ha sido muy hostil. Había muchos mensajes hostiles. Después, poco a poco, los mensajes han sido ‘qué interesante, no sabíamos que eso pasa en Israel’. Porque no sabían, no tenían ninguna manera de conocerlo. Así que creo que esas son las razones, y ese proceso de paz que empezó en los años ’70 ya tomó un paso increíble hacia adelante. Todavía no estamos en el fin del camino, pero hemos hecho un paso increíble.

AJN: Recientemente estuvimos en la Embajada de Honduras en Jerusalem, y un diplomático comentó que lo que no comprenden algunos pueblos es la importancia de tener contacto con Israel. ¿Qué reflexión hace al respecto y cómo lo asocia con estos acuerdo con el mundo árabe?

LH: Tal vez es otro paso, porque por muchos años, los países árabes tenían que pagar un precio enorme para apoyar la causa palestina, la llamada causa palestina. Cuál es ese precio tan grande: es no tener contacto con Israel. Estar en contacto con Israel es un beneficio para estos países, para Israel también, pero ellos decidieron no estar en contacto con Israel para apoyar la causa palestina. Pero entendieron también últimamente que los palestinos no hacen nada, el liderazgo palestino no hace nada para resolver el conflicto con Israel, y los únicos que pagan el precio son los países árabes, que quieren este contacto, es decir, y no lo tienen porque el liderazgo palestino los mantiene como rehenes en su mano, como en parte de esa negociación, de ese proceso con Israel. Decían no queremos hacerlo más, no es que somos menos pro palestinos, y hay que decirlo, apoyan la causa palestina, y dicen no queremos pagar un precio mientras los palestinos no hacen lo que ellos deben hacer que es resolver el conflicto.

AJN: Además del Trump, que le atribuyó un rol importante, ¿hay un liderazgo del otro lado visible que dio el paso para qué esto ocurriera?

LH: Sin ninguna duda. El liderazgo de los Emiratos Árabes Unidos, el liderazgo de Bahréin, el liderazgo de Marruecos, de los más altos niveles porque ese tipo de decisiones no llegan del nivel mediano, vienen de los más altos niveles. Mostraron un liderazgo histórico, al tomar una decisión que todo el resto del mundo árabe está mirando. Eso es un mensaje importante que quiero poner énfasis, porque hay otros países que están en ese camino, y estos países ahora están mirando lo que pasó en el último año, están contemplando cuál será el mejor momento para hacer su paso hacia la luz, de la oscuridad hacia la luz. Y en ese proceso ponen en un lado la presión de los países árabes, de los países extremistas, de Irán, de la violencia, y del otro lado los beneficios que van a recibir al tener contacto con Israel y también la respuesta internacional hacia el proceso de paz, la respuesta internacional, la respuesta de la comunidad internacional. Así que llamamos a la comunidad internacional, hay que emular los Acuerdos de Abraham, hay que mencionarlos, ponerlos en el centro de la discusión internacional y decir ‘que bien que lo han hechos’, porque otros países que ahora están pensando en hacerlo quieren ver cómo reaccionan los otros países, y si ven que reaccionan con una mirada positiva, con pasos importantes, lo van a tomar también ellos, y van a pasar a hacer que esa región, el Oriente Próximo va a ser más seguro.

AJN: Al analizar el efecto de estos acuerdos, desde Israel, ¿entienden la repercusión política y comunicacional que se abrió a partir de ello?

LH: Hay países, no sólo los medios de comunicación, otros países que no son del Medio Oriente, están en Europa, están en Asia y entienden el potencial increíble de esos acuerdos, y dicen ‘nosotros queremos ser parte de ellos’.

AJN: ¿Quien califica y quien no para entrar en esto que llamamos Acuerdos de Abraham?

LH: Acuerdos de Abraham es un título grande del proceso de paz. El título Acuerdos de Abraham vino de una mirada americana, decir ‘somos todos hijos de Abraham’ y, por eso, en lugar de enfocar en las diferencias, que tenemos, que existen, tenemos que enfocar en lo que nos une, que es la mayoría de las cosas, como hermanos, si somos hijos del mismo padre somos hermanos. Así que nos enfocamos en lo que nos une en vez de enfocar en lo que nos divide. Cualquiera que quiera ser parte de ese proceso, será bienvenido. Cualquiera que quiera dejar el camino de la hostilidad, del conflicto, de la guerra, es decir ‘venimos a vivir en paz’ será bienvenido. Creo que es el mensaje más claro de la Declaración de la Independencia de Israel, de 1948 que dijo: ‘Nosotros queremos ser parte positiva de Oriente Próximo y queremos estar en paz con todos nuestros vecinos, y seguimos con ese sueño desde entonces’.

AJN: ¿Cómo se explica desde lo diplomático y desde la política israelí, que pese a un cambio de primer ministro y de presidente, y esta política se va sosteniendo?

LH: No, es un consenso en la sociedad israelí.

AJN: Pero tiene un color político

LH: No tiene color político, no tiene oposición. Todos queremos la paz, todos votaron por la paz, o casi todos. En el lado norteamericano desde el cambio de administración, el mensaje que escuchamos desde Washington, de la administración Biden, están cien por cien apoyando el proceso de paz, y eso es un mensaje que lo vimos en una reciente reunión de los tres cancilleres: el secretario de Estado de Estados Unidos, el canciller de Israel y el canciller de los Emiratos Árabes Unidos. Un mensaje que dice ‘somos parte de eso, seguimos con esa visión de traer la paz a la región’.

AJN: ¿Estos acuerdos con los países árabes se vinculan con esta tendencia de establecer las embajadas en Jerusalem?

LH: Son dos procesos separados. Recuerdo que hace unos años, cuando Estados Unidos tomó la decisión de reconocer a Jerusalem como nuestra capital y mover la embajada, yo me pregunté a mí mismo, en una cena de Shabat con mis hijos ¿por qué es tan importante? Es un gesto, pero nadie tiene que decir dónde está nuestra capital. Jerusalem ha sido la capital del Estado de Israel desde 1948, y el corazón del pueblo judío desde hace 3.000 años, así por qué tanto. Pero por el otro lado la diplomacia es el arte de los gestos. Un gesto así es un gesto importante, el hecho de que Estados Unidos, nuestro mejor amigo y el más importante aliado, tome esa decisión muestra a los otros países: hay que reconocer la realidad, la paz nunca va a venir basada en mentiras. Si uno desconoce lo que es la realidad, que Jerusalem es la capital del Estado de Israel, es el corazón del pueblo judío, nunca va a dejar de serlo. Si uno sigue jugando alrededor y no dice esa verdad, no apoya la paz, sino apoya una realidad paralela que nunca va a existir.

AJN: Más allá de lo geopolítico, ¿qué efecto tuvieron los Acuerdos de Abraham?

LH: Para entender lo que está sucediendo, porque los últimos años, realmente, vivíamos aquí, en Israel, un nuevo Medio Oriente, una realidad que no la conocíamos, el hecho que más de 200.000 israelíes viajaron a Dubai, para estar ahí cuando hace un año no teníamos ni un turista israelí, en un año más de 200.000. Es increíble, y en un año de Covid que ya es muy difícil viajar y vivimos un sueño, que es posible un nuevo Medio Oriente, una nueva realidad.

AJN: Pero en esta realidad, Israel vio un nuevo brote en el conflicto con Hamas.

LH: Tenemos un Medio Oriente con una organización terrorista fundamentalista, islamista, yijadista, llámelo de cualquier tipo, que controla la Franja de Gaza, y les importa nada su propia población, y decidió lanzar un ataque hacia la capital de Israel, Jerusalem, y a las ciudades de Israel y los civiles israelíes. Israel tenía que defenderse y es la responsabilidad y el derecho de cualquier país del mundo defender a su población. Y si bien duró 11 días, nos trajo de vuelta al viejo Medio Oriente. Pero dos días después, ya firmamos otro acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos, y unas semanas después ya viajamos a inaugurar la embajada ahí, y después de dos meses en Marruecos. Quiere decir que en nuestra realidad el nuevo Medio Oriente y el viejo Medio Oriente conviven. Vivimos en dos realidades. Una realidad de paz, que tiene un potencial enorme de traer estabilidad y prosperidad para todos los pueblos, no solamente los que firmaron los acuerdos, sino para toda la región; y una realidad de conflicto, donde líderes palestinos extremistas ponen su pueblo en peligro. Yo espero que el pueblo palestino entienda que hay otra opción, y si toma la decisión de avanzar el diálogo con Israel puede llegar a una situación mucho mejor.

AJN: Sin embargo, el conflicto con Hamas plantea realidades que parecen incompatibles, porque usted habla de buscar la paz en Medio Oriente, pero Israel tiene mayor potencial ofensivo. Entonces, ¿cómo conviven esas dos realidades?

LH: Primero quiero decirte que Israel es un país muy fuerte, Hamas no representa una amenaza real contra Israel. Hamas representa una amenaza real al pueblo palestino, porque los pone a ellos en peligro. Nosotros sabemos cómo defendernos, y lo hacemos muy bien, y vamos a seguir haciéndolo. El problema que pasa en cada uno de esos conflictos es que el resultado de las acciones de Hamas van contra su propia población, no al Estado de Israel. Nosotros podemos vivir bajo esa mini amenaza de Hamas, no es lindo, nada bueno pero el Estado de Israel y el ejército israelí defiende a su población. El que no defiende a su población, usa a su población como escudos humanos es Hamas, y esa es la realidad. Nosotros entendemos que no podemos cambiar esa realidad, los que tienen que cambiar esa realidad son los palestinos. Si quieren cambiar esa realidad, será perfecto para ellos y para nosotros, sino seguimos. Lo que sí es una amenaza para Israel es Irán, y en eso sí que tenemos que ser muy fuertes, y para cambiar esa realidad activamente, no dejar que Irán tenga armas nucleares, y poner la presión internacional hacia Irán cada vez más fuerte, hasta que Irán tome la decisión de cambiar su política o su camino, porque ese camino es peligroso para Israel, es peligroso para nuestros socios en el Medio oriente y peligroso para la estabilidad y la paz mundial. Creemos que toda esa situación con Irán debe ser prioridad para la comunidad internacional, no dejar que Irán tenga capacidades nucleares porque eso nos va a traer a una situación que ese gobierno terrorista de los ayatolas de Irán pone toda la región y todo el mundo en peligro.

AJN: Usted estuvo en la Argentina y conoce a fondo lo que significaron los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel, en lo que según la investigación judicial estuvo involucrado Irán, ¿qué análisis hace sobre estos dos hechos y la situación actual?

LH: Por muchos años Israel dijo al mundo que el terrorismo internacional nunca va a terminar con Israel. Si los va a dejar pasar, porque sólo amenaza a Israel, van a sentir lo mismo en su territorio. Y lamentablemente lo estamos viendo. Sí la respuesta al terrorismo es un no firme, de todos, se abren esas dudas si es legítimo o no, va a seguir a otros, otros países. El terrorismo internacional y el terrorismo yihadista internacional es una amenaza a la manera que vivimos en el mundo libre. La amenaza que ellos ven de nuestra manera de vivir es porque somos libres, y los atentados son contra nuestra libertad, y la respuesta debe ser que todo el mundo libre se pone unido contra ese terrorismo.

AJN: ¿Qué opinión le genera la reacción que despierta en la comunidad internacional frente a la defensiva israelí ante los ataques de Hamas?

LH: Es nuestro rol como diplomáticos explicar esa realidad, y creo que lo estamos haciendo en muchos niveles. La última operación militar en Gaza, Israel tuvo un apoyo que no hemos tenido en ninguna operación en el pasado.

AJN: ¿De quién?

LH: Del mundo, de la comunidad internacional, en el nivel político y son los que toman las decisiones. No hubo ningún resultado anti israelí en el Consejo de Seguridad de la ONU, que admitió la capacidad del gobierno israelí, del ejército israelí, de defender a los ciudadanos de Israel, es un paso importantísimo, y gracias al apoyo que tuvimos de la administración Biden. Además, tuvimos cinco visitas de cancilleres en Israel durante esos días, visitas de solidaridad. Nunca en el pasado hemos tenido visitas en Israel, de altos niveles durante los días del combate; vinieron aquí y mandaron un mensaje de solidaridad. Estamos con Israel en ese momento. Había capitales en Europa que pusieron la bandera de Israel sobre los ayuntamientos o sobre las cancillerías. Son mensajes increíbles, son mensajes que no recuerdo haber visto. Es cierto hay otros que hicieron manifestaciones, en las redes sociales mucho antisemitismo, y lamentablemente el antisemitismo es una amenaza terrible de odio, que no debe ser permitido, y la manera de enfrentarlo es con educación, ningún otro tipo de amenaza o de odio racista, el antisemitismo es racismo. Cuando marchan unos miles de personas en Londres con un mensaje racista contra los judíos es libertad de expresión. Si hubieran hecho lo mismo contra cualquier otro grupo, sean musulmanes, sean los africanos, sean mujeres o contra los LGBT nadie lo hubiera aceptado. El racismo es una amenaza hacía todos nosotros, y si uno deja una parte del racismo aceptada, como el antisemitismo, se va a terminar con otros también.

AJN: En una visita del entonces primer ministro Ehud Olmert a la Argentina, le preguntaron ‘cómo se hace para que el mundo no maltrate a Israel cada vez que falla la comunicación’, y él contestó: ‘No hay plata que alcance por que el día que tiremos un cohete toda la plata que pusiste no sirvió para nada’. ¿Cuál es la diferencia entre aquel momento y esta nueva realidad?

LH: Sí, pero… Es cierto, tenemos que poner más esfuerzo en lo que se llamaba hasbará o lo que se llama diplomacia pública, pero es solo parte de la lucha de la existencia de Israel. Lo más importante es la existencia física de Israel, por eso ponemos tanto en el ejército, o en sistema como la Cúpula de Hierro, es un sistema que defiende y salva miles de vidas. Ponemos muchos esfuerzos en los contactos políticos, porque son los diplomáticos, es la diplomacia, es el rol de la diplomacia. Y también ponemos mucho en la diplomacia pública. La situación ahí es difícil, los mensajes de odio aparecen especialmente por las redes sociales, corren muy rápido, los extremistas corren muy rápido, la ignorancia corre muy rápido. Gente que es de izquierda y apoya a un grupo terrorista fundamentalista, radical y yihadista, es solo basados en odio e ignorancia. No hay ninguna otra razón que un tipo de izquierda apoye a Hamas sino es por el odio, que es el antisemitismo, y la ignorancia que es la raíz del antisemitismo.

AJN: Chile tiene una población palestina muy grande y suele haber grandes dificultades con la Embajada de Israel, ¿qué análisis hace?

LH: Creo que exportar el conflicto que vivimos aquí, entre palestinos e israelíes, a Chile es un error para Chile. No apoya la resolución del conflicto por un lado y no ayuda a Chile por ninguna parte, no debe ser parte del conflicto, no debe ser parte de un discurso de odio. Yo como diplomático veo mi rol, es llegar a resolver los conflictos. Si ellos creen que mensajes extremistas en Santiago, antisemitismo, porque lo vemos tan bien, ayuda a resolver los conflictos, yo no lo creo. No soy experto en la política chilena, pero creo que en forma muy general, cualquier país tiene que decir si tiene posición o no en el conflicto. Hay que limitar el conflicto a la zona del mundo, no importarlo porque eso pone en peligro a los ciudadanos chilenos, por ejemplo, judíos y los demás.

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