Itongadol.- El régimen iraní ha encontrado una nueva razón para criticar a la oposición y a los grupos disidentes en el extranjero.
El medio de comunicación pro-régimen Fars News publicó un artículo el lunes acusando a algunas voces en el extranjero de intentar comercializar o lucrarse con los manifestantes que el propio régimen ha asesinado.
El régimen iraní está haciendo todo lo posible por desacreditar a los manifestantes antes de que se cumpla un año del asesinato de Mahsa Jina Amini. Amini fue asesinada el 16 de septiembre de 2022, tras ser detenida por el régimen y acusada de no cubrirse el pelo según la ley iraní.
Las protestas masivas sacudieron Irán el pasado otoño y continuaron hasta enero. El régimen pareció ofrecer concesiones y tomó medidas enérgicas contra los manifestantes, principalmente en zonas minoritarias. Amini era kurdo, e Irán centró sus esfuerzos contra los kurdos, atacando incluso a disidentes kurdos en Irak.
Irán también reprimió a las minorías árabe, baluchi y azerí. El régimen comprendió que su principal amenaza procedía del centro del país y que si podía dividir la periferia, donde suelen vivir las minorías, y el centro, podría mantenerse. Hasta ahora, el régimen ha resistido y se ha vuelto más draconiano.
Muchos activistas en el extranjero han tomado la bandera de Amini y los manifestantes. También han adoptado el lema feminista kurdo «Mujer, vida, libertad», con Amini como símbolo de la rebelión.
Sin embargo, al convertirse en ese símbolo, a veces ha sido rebautizada por grupos, que desean utilizarla para apoyar diversas causas que ella quizá no apoyó en vida. Por ejemplo, algunos kurdos desconfían de los nacionalistas monárquicos iraníes, que recuerdan de la época del Sha como una forma de gobierno centrista persa que también marginaba a las minorías.
Por eso hay tensiones entre algunos de los grupos disidentes, que se notan en sus mensajes. Por ejemplo, cuando las voces azeríes han exigido más autonomía, otros grupos han intentado marginarlas para exigirles que apoyen a otros disidentes iraníes.
Esto proporciona al régimen iraní una forma de criticar las protestas en el extranjero. El régimen ha dicho ahora que los grupos disidentes han comercializado la protesta y señalan varios ejemplos, como los actos a los que cuesta dinero asistir.
El régimen hace esto en una extraña ironía ya que seguramente sabe que los movimientos de protesta también necesitan apoyo financiero. Quiere cortar el apoyo y deslegitimar a los disidentes en el extranjero.
Esto ilustra el gran temor que tiene el régimen de que Amini y otros a los que el régimen ha maltratado se conviertan en símbolos que trasciendan a diversos grupos y se utilicen para derrotar al régimen algún día.