Artículo publicado por Pablo Vaca en Clarín.com
Itongadol.- Son tres piedras con una frase grabada en hebreo, en ucraniano y en inglés. Dice: “A través de este camino de muerte, entre 1941 y 1943, 136.800 víctimas judías fueron martirizadas por los ocupantes alemanes nazi-fascistas en el gueto de Lviv”. Están a la entrada del monumento que hoy recuerda el genocidio perpetrado en esta ciudad durante la Segunda Guerra Mundial.
Hasta 1939, Lviv se llamaba Lwów y era la tercera ciudad más poblada de Polonia, pero en septiembre de ese año las fuerzas soviéticas tomaron la ciudad, cuyo control mantuvieron hasta el 29 de junio de 1941, cuando los nazis ocuparon el territorio y desataron el horror.
Establecieron el gueto de Lviv, donde a los 110.000 judíos que vivían allí se le sumaron otros 100.000 refugiados y empezaron las matanzas. Poco después, crearon el campo de trabajos forzados de Janowska, luego directamente convertido en un campo de exterminio.
La mano de obra esclava abastecía a la fábrica de armamento Deutsche Ausrüstungwerke y a los “trabajadores” los controlaba una unidad SS. En el campo había 3 secciones, con barracones de prisioneros hacinados: las muertes por hambre e infecciones eran continuas. La ración de comida diaria era un poco de escarola negra, sopa de papas y 200 gramos de pan.
El recuerdo las víctimas del campo de concentración de Janowska, en Lviv. Allí murieron 136.800 judíos. Foto: Marcelo Ferreiro
Cualquier detalle que se cuente es demasiado espantoso. El comandante del campo, Gustav Willhaus, practicaba junto a su esposa e hija de 9 años algo que llamaba “tiro al judío”: para entretenerse disparaban con un rifle a los prisioneros. En el 54° cumpleaños de Hitler, Willhaus, quien murió en 1945 en Alemania, seleccionó a 54 prisioneros para asesinarlos personalmente.
Richard Rokita, segundo comandante del campo, violinista aficionado, eligió a prisioneros músicos para formar una orquesta y les hizo componer “El Tango de la Muerte”, que tocaban cada vez que los nazis mataban a sus víctimas. Cuando se cerró el campo, en 1943, los integrantes de la orquesta fueron asesinados. Para limpiar las pruebas de la masacre, 120 prisioneros debieron apilar 1.500 cadáveres sobre maderas e incinerarlos. El 20 de noviembre de 1943, cuando Janowska finalmente fue desactivado, sobrevivían 20 cautivos.
El Ejército Rojo de la URSS retomó el control de la ciudad el 26 de julio de 1944. Quedaban en Lviv 823 judíos, según el Jewish Provisional Committee.
Uno de los sobrevivientes de Janowska se llamaba Simón Wiesenthal.