Itongadol.- El New York Times publicó el domingo un contrato secreto entre la administración Biden y el grupo israelí NSO, firmado a finales de 2021, que revela que la Casa Blanca estaba haciendo uso de la herramienta de pirateo informática que simultáneamente incluyó en su lista negra.
En virtud del acuerdo contractual, finalizado el 8 de noviembre de 2021, la empresa israelí dio al gobierno estadounidense acceso a una de sus armas cibernéticas más poderosas: una herramienta de geolocalización que puede rastrear encubiertamente teléfonos móviles en todo el mundo sin el conocimiento o consentimiento del propietario.
Según el artículo del New York Times, escrito por Mark Mazzetti y Ronen Bergman -periodista de investigación israelí-, el acuerdo fue firmado para NSO por un empresario que utilizaba un nombre falso.
Además, sólo cinco días antes, la administración Biden había anunciado que iba a tomar medidas contra las herramientas de espionaje israelíes, a las que criticaba por ser utilizadas indebidamente por gobiernos de todo el mundo para espiar a disidentes políticos, activistas de derechos humanos y periodistas. NSO negó las acusaciones alegando que su tecnología ayuda a capturar delincuentes.
La empresa fue incluida en una lista negra del Departamento de Comercio,
declarándola una amenaza para la seguridad nacional y disuadiendo a las empresas estadounidenses de hacer negocios con ella. El Departamento declaró que esta medida formaba parte de los esfuerzos de la administración Biden por promover los derechos humanos en la política exterior estadounidense. NSO perdió muchos de sus clientes actuales debido a la decisión del Departamento de Comercio estadounidense.
El contrato, revelado por primera vez por el NYT, establecía que el «gobierno de Estados Unidos» sería el usuario final de la herramienta, y permitía específicamente al gobierno probar, evaluar y desplegar el software espía contra objetivos en México. Cuando se les preguntó por el contrato, los funcionarios de la Casa Blanca respondieron afirmando que «no tienen conocimiento de este contrato, y cualquier uso de este producto sería altamente preocupante» y declinaron hacer más comentarios, según cita el diario estadounidense.
El contrato no es la primera vez que se conjetura la postura del Presidente Joe Biden contra los programas espía de fabricación israelí. La administración Biden permitió a la Drug Enforcement Administration (DEA) desplegar una herramienta llamada Graphite, fabricada por la firma israelí Paragon. Al igual que el programa espía Pegasus de la NSO, Graphite puede invadir teléfonos móviles y recoger datos.
El contrato secreto arroja luz sobre las actuales controversias en torno a las ciberarmas y demuestra que, incluso en medio de los esfuerzos por tomar medidas contra ellas, las agencias se sienten atraídas por su poder.