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EE.UU. despliega bombarderos furtivos B-2 Spirit en Diego García, en el océano Índico, en una clara señal a Irán

Por Gustavo Beron
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Itongadol.- Los bombarderos estratégicos B-2 Spirit de la Fuerza Aérea de Estados Unidos han comenzado a desplegarse en Diego García, un puesto militar clave en el Océano Índico. Dos aviones de la 509ª Ala de Bombardeo ya han aterrizado, mientras que otros dos están actualmente en ruta desde la Base Whiteman de la Fuerza Aérea en Missouri. Este movimiento inusual de bombarderos furtivos puede indicar preparativos para posibles ataques contra objetivos Houthi en Yemen o servir como mensaje disuasorio a Irán.

El despliegue, de un alcance sin precedentes, coincide con la intensificación de los ataques aéreos estadounidenses contra los militantes Houthi en Yemen y la escalada de advertencias a Irán sobre su apoyo al grupo y sus ambiciones nucleares. Washington está reforzando su postura militar en una región en la que las tensiones geopolíticas han seguido aumentando, en particular debido a la creciente implicación de Irán con los Houthis y sus actividades nucleares, percibidas por Estados Unidos y sus aliados como una importante preocupación en materia de seguridad.

El B-2 Spirit es un bombardero estratégico furtivo diseñado para penetrar sistemas avanzados de defensa antiaérea y realizar ataques de precisión contra objetivos de alto valor. Su diseño de ala volante y sus materiales absorbentes de radar reducen significativamente su sección transversal de radar, dificultando su detección e interceptación. Propulsado por cuatro motores General Electric F118 sin postcombustión, puede alcanzar una velocidad máxima de Mach 0,95 y tiene un alcance sin repostar de 11.000 km, que puede ampliarse con reabastecimiento aéreo. Opera a una altitud de 15.200 metros y transporta hasta 23 toneladas de artillería, incluidas bombas nucleares B61 y B83, así como misiles AGM-129 o SRAM 2.

Sus capacidades defensivas se basan principalmente en sus características furtivas, complementadas con contramedidas electrónicas avanzadas y sistemas de guerra electrónica para eludir la detección enemiga. Equipado con el radar de apertura sintética AN/APQ-181, que minimiza las emisiones, el B-2 puede cartografiar con precisión el terreno e identificar objetivos. Las recientes mejoras realizadas en el marco del programa Spirit Realm 1 (SR 1) han introducido un sistema de arquitectura abierta que permite la integración de nuevas tecnologías de armamento y comunicaciones, mejorando tanto la eficacia operativa como la resistencia frente a las amenazas emergentes. Estas mejoras garantizan que el avión siga siendo relevante en los conflictos modernos, adaptándose a la evolución de los entornos de combate.

Las imágenes de satélite de las últimas 48 horas han confirmado la llegada a Diego García de varios aviones de transporte estratégico C-17 y al menos diez aviones cisterna de reabastecimiento. Este importante movimiento logístico sugiere amplios preparativos operativos. La isla, un territorio bajo control británico, se ha utilizado históricamente como punto de lanzamiento para las operaciones aéreas de Estados Unidos en Oriente Medio y sirve como base segura fuera del alcance de los misiles iraníes, al tiempo que permite una rápida proyección de fuerzas.

Las comunicaciones de tráfico aéreo a disposición del público indican que los bombarderos B-2 sobrevolaron Australia antes de continuar hacia Diego García. Al menos tres -identificados con los indicativos Pitch 11, Pitch 14 y un tercer avión desconocido- repostaron en pleno vuelo. Un cuarto, Pitch 13, realizó un aterrizaje de emergencia en la base aérea de Hickam, en Hawai, por razones no reveladas. Otros B-2, con el indicativo Abba, partieron de la base aérea Whiteman ese mismo día. El Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de EE.UU. ha reconocido estos movimientos, pero no ha revelado detalles operativos por razones de seguridad.

La concentración de bombarderos B-2 en Diego García forma parte de un refuerzo militar regional más amplio. Según Politico, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, amplió el despliegue del portaaviones USS Harry S. Truman en Medio Oriente y ordenó al USS Carl Vinson y a su grupo de ataque que se unieran a las operaciones regionales. También se ha informado de la presencia de cazas F-35A en la zona, lo que refuerza aún más las capacidades aéreas de Estados Unidos. Esta acumulación de activos militares señala un posicionamiento estratégico destinado a disuadir posibles amenazas y demostrar la capacidad de respuesta de Estados Unidos ante cualquier escalada.

El estacionamiento de más de cuatro bombarderos B-2 en Diego García representaría una importante demostración de fuerza dirigida a Oriente Medio. Estos aviones tienen una capacidad única para transportar el Massive Ordnance Penetrator (MOP), una bomba de 30.000 libras diseñada para destruir objetivos endurecidos y profundamente enterrados, lo que les convierte en un activo clave en posibles operaciones dirigidas contra instalaciones nucleares iraníes. La combinación de tecnología furtiva y armamento de precisión proporciona a EE.UU. una ventaja estratégica para atacar objetivos de alto valor minimizando el riesgo de interceptación.

Los despliegues de bombarderos B-2 en Diego García son poco frecuentes, lo que subraya la prioridad que Washington concede a la evolución de la situación en Oriente Medio. Esta base ha desempeñado un papel fundamental en anteriores operaciones aéreas estadounidenses, incluidas las misiones en Afganistán en 2001 e Irak en 2003. Su uso actual para el despliegue de bombarderos furtivos pone de relieve un cambio en la estrategia militar estadounidense en la región.

La escalada de los ataques aéreos estadounidenses contra posiciones de los Houthi y las crecientes tensiones con Irán aumentan la incertidumbre sobre la posible ampliación de las operaciones aéreas. Estados Unidos ha llevado a cabo múltiples ataques contra los Houthis, incluidos 15 de los que Reuters informó en octubre de 2024, en respuesta a los conflictos regionales relacionados con la guerra entre Israel y Hamás. Washington parece estar preparándose para diversas contingencias, reforzando su presencia estratégica y manteniendo la capacidad de intervenir en caso necesario. El posicionamiento de bombarderos B-2 en Diego García envía un mensaje claro de que Estados Unidos está preparado para responder a cualquier amenaza contra sus intereses o los de sus aliados.

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