Al cabo de dos horas y media de negociaciones con el presidente egipcio, Anuar el Sadat, en el aeropuerto de El Cairo, Carter anunció que Egipto acepta sus nuevas propuestas, aprobadas ya por el primer ministro israelí, Menahem Begin, antes de su partida de Jerusalem.
Begin declaró a su vez que someterá al Gabinete las nuevas propuestas y que estaba dispuesto a dimitir en caso de que el Consejo de Ministros las rechace, lo que se considera muy improbable.
El tratado fue firmado Washington después del visto bueno del Parlamento israelí. Posteriormente, Begin se trasladó a El Cairo para rubricar el texto en árabe y Sadat a Jerusalem para hace otro tanto con el documento en hebreo. Gran parte de la prensa internacional se mostraba pesimista sobre la posibilidad de acuerdo, Carter informó en El Cairo que había comunicado a Begin la aceptación de Sadat, con quien estuvo reunido en el aeropuerto de El Cairo una hora más de lo previsto. «Disponemos ahora -dijo Carter- de todos los ingredientes necesarios para el tratado de paz.»
Las propuestas norteamericanas aceptadas por Sadat fueron preparadas por el secretario de Estado, Cyrus Vance, durante una dramática y última entrevista del equipo de negociadores de Estados Unidos con sus colegas israelíes, encabezados por Moshe Dayan, tres o cuatro horas antes del viaje de Carter desde Jerusalem hasta El Cairo.