Gustavo Gakman, director de la oficina para América Latina y España del Keren Leyedidut, mantuvo una entrevista con ItonGadol para dar a conocer el trabajo de la institución en el marco de la guerra de Israel contra Hamás. En ese sentido, destacó que están dando una ayuda extra no sólo a nivel material, sino también psicológico.
En cuanto al volumen de la aliá, afirmó que lógicamente bajó el primer mes y medio desde el ataque de Hamás, pero que ya en diciembre la situación comenzó a normalizarse y se espera un incremento para enero y febrero.
-¿Dónde nos encontramos en este momento cuando hablamos del Keren Leyedidut?
-En el momento en que empezó la guerra, la aliá bajó lógicamente, porque la gente que iba a hacer aliá dijo “espero a ver cómo sigue esto”. Nosotros, por nuestra cuenta, nos inclinamos a poner más la energía en lo que es klitá, la adaptación del olé, y en los olim que ya están en Israel, especialmente hace no mucho tiempo, para dar una ayuda extra. No hablo del nivel material solamente, sino en todo sentido. Nadie estaba preparado para esto, y menos un olé que había llegado hacía poco tiempo. Estaban desacostumbrados y hubo gente que tuvo problemas con mucho estrés. Estuvimos para para dar un apoyo a personas a nivel psicológico, apoyo para personas que necesitaban que alguien vaya a la casa a ayudarlos a cerrar la ventana del refugio, para gente que no le alcanzaba el dinero para pagar el alquiler, porque mucha gente se quedó sin trabajo. Este tipo de cosas, en general, día a día se multiplicó en muchas ocasiones. Lo hicimos junto con otras instituciones que se ocupan de Latinoamérica, por primera vez nos unimos, y nos repartimos las responsabilidades. Cada uno en lo suyo fue ayudando. Eso fue especialmente los primeros dos meses de la guerra, hoy en día cada uno sigue con su organización.
-Siempre el Keren Leyedidut tuvo un cuidado especial por los olim, ¿Cómo están ahora ellos después de tres meses de conflicto?
-Creo que hubo gente que se acostumbró. También la realidad en Israel cambió. Al principio fue realmente un shock. Hoy en día es diferente. Los ataques a Israel son mucho menores. No faltan, pero son mucho menos especialmente los que vienen de la Franja de Gaza. La gente se acostumbra a cierta rutina. Yo siempre pienso, y eso no es solo para los olim, que en Israel hoy en día hay varias realidades. Está la realidad del que tiene un familiar que está de secuestrado. Está el que perdió a un ser querido, ya sea en el ejército, ya sea en el ataque que hubo el 7 de octubre. Y está la gente a la que no le pasó nada de eso. Hay una tristeza colectiva en el país, pero son diferentes realidades. Los olim un poco se adaptaron. Hubo gente que se fue y volvió. Pero hoy en día hay una parte del país, en este caso de olim, que llevan una rutina, van a trabajar.
-Hemos visto una foto de Keren Leyedidut dándole dinero concretamente a la gente que quedó devastada en la zona del conflicto. Esto se salía de lo que tiene que ver con la ayuda al olé. Ahí el Keren Leyedidut asumió responsabilidades por afuera de lo que es el olé en particular.
-Sí, el Keren Leyedidut tiene el departamento de lo que es aliá y klitá, pero tiene muchos departamentos más, que se ocupan siempre de ayuda a gente vulnerable. Y en el caso de la guerra, hicieron una campaña extra para ayudar. También siempre ayuda al ejército de Israel y en este caso, hasta hoy en día, el Keren Leyedidut apoyó con 25 millones de dólares para el ejército. Ya sea en chalecos antibalas, ya sea en refugios, en autos blindados para el ejército. Eso por un lado, y por otro lado, todo lo que sea ayuda para gente que sufrió el ataque el 7 de octubre y también la gente que está en el norte, que sufre de los ataques de Hezbollah, y lo hacen especialmente con comida semanal constantemente.
-¿Realizás actividades que te sacan de tu rol específico de representar al Keren Leyedidut en Latinoamérica y te pone en otro rol dentro de la organización?
-Sí, no es otro rol. La aliá continúa y hoy en día hay olim y realmente la aliá no paró en ningún momento. Mucha gente quiso postergar, pero otros departamentos necesitaban ayuda y los que teníamos menos presión, nos voluntarizamos. El Keren Leyedidut se destaca por ser una organización ágil, con poca burocracia, y actúa de manera rápida. Y en este caso, más que nunca, así fue.
-Dijiste al comienzo que bajó un poco la aliá, dijiste que alguno tal vez decidió volver, no obstante eso, se ven en las redes sociales bastante fotos de gente que publica su aliá de la mano del Keren Leyedidut.
-Sin duda. Estamos en los últimos años acostumbrados a números muy grandes, especialmente de América Latina. Y este año, 2023, guardaba ese número, y con lo de la guerra, son gente que no va a hacer aliá, pero sí gente que el primer mes y medio prefirió quedarse en sus países para ver cómo seguía la situación. Ya en diciembre se volvió a ver que la gente volvió a hacer aliá nuevamente. Y por lo que veo de enero y febrero, está subiendo cada vez más.
-Ustedes tienen un termómetro bastante particular. Lo que está ocurriendo en la Argentina, que es un cimbronazo económico de 80 años de dificultad, ¿creen que la aliá en Argentina puede crecer o en algún otro país de la región también?
-Sin duda, puede ser que sí, como puede ser que no. En general, el motivo económico en todos los países, es un motivo muy importante para que la gente decida hacer aliá. No es el único y en Argentina, por lo que se ve, es un momento en que la gente está viendo y esperando a ver qué va a pasar. Por un lado tiene potencial de que sí, que suba mucho la aliá, y por otro lado, si las cosas van a ir bien, entonces no.
-¿Cómo está trabajando el equipo en este momento, en lo que tiene que ver la Argentina y la región?
-Nosotros siempre ponemos a Israel como una buena opción. Reconozco que un país que sufrió un ataque así, que es un país que está en guerra, es más difícil ofrecerlo. Si no es por una cuestión ideológica, es más difícil proponerlo como un futuro. Pero hicimos campañas, porque a veces la gente que está afuera piensa que es todo guerra en Israel. Entonces mostramos que continúa una rutina, especialmente en el centro del país, para que la gente pueda decidir con más claridad.
-¿Hay un viso de normalidad con respecto al que hace aliá a 90 días de la guerra? Pese al conflicto, pese a las bajas, pese al dolor, ¿se está reencauzando? El que viaja, ¿va a encontrarse con la misma consistencia, el mismo apoyo del Keren Leyedidut?
-El Keren Leyedidut va a brindar la ayuda de siempre. Tal vez en algunos campos más todavía. Creo que es en general, lo que es el ministerio de absorción, continúa todo igual. No están reduciendo algún beneficio para los olim.
-¿Las líneas aéreas están regularizando para que se pueda llegar sin dificultad a Europa y de ahí llegar a Israel?
-Cada olé que quiere volar, hasta hoy en día, encontramos la manera de que llegue. Ahora comenzaron a llegar a Israel, pero no hubo ninguna situación en la que no teníamos vuelos para el olé. En general usamos toda esta época la empresa nacional, pero no siempre.
-¿Cuál es el mensaje desde el Keren Leyedidut en términos de aliá, para aquel que va a leer la nota después de 90 días de conflicto?
-El mensaje es que siempre estas situaciones descubren también cosas buenas. Se vio la unidad que hubo en el pueblo de Israel. No quiere decir que es el único país donde ocurre, pero para mí es único. La solidaridad entre las personas fue algo realmente fuera de serie. Y digo esto porque el que está pensando en venir, va un país que tiene esta cualidad, como tiene otras, pero esta cualidad: nunca te van a dejar solo. Se abrieron todo tipo de organizaciones chicas, espontáneas, como ayudar a esposas que tienen al esposo en el ejército. Los sudamericanos tienen organizaciones que hacen asados para los soldados y no importa en dónde estén. A veces van a lugares que no son de los más seguro, pero van y realmente alegran a los soldados. Hay un olé que fue nuestro, Ulises, que él formó un equipo de 30 psicólogos de habla español y portugués, para que todos los que tengan un problema emocional sean apoyados gratuitamente. Son dos ejemplos de muchos, es algo maravilloso, yo no sé si en cualquier lugar existe eso.