Inicio Keren leyiedidut Entrevista a olim: “El Keren Leyedidut siempre está pendiente de lo que necesitamos”

Entrevista a olim: “El Keren Leyedidut siempre está pendiente de lo que necesitamos”

Por Iton Gadol
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Ximena Dolgonos actualmente vive en La Calera, una ciudad pequeña de la provincia de Córdoba, y a fines de septiembre cumplirá el sueño que viene planificando junto a su familia desde hace varios años: comenzar una nueva vida en Israel. Junto a su madre, su marido y sus cuatro hijos, Ximena hará aliá de la mano del Keren Leyedidut y en diálogo con ItonGadol contó cómo la está acompañando la organización, tanto desde lo económico como desde lo emocional.

“La gente que se está yendo, la gente que está en el camino y la gente que ya llegó: todos concuerdan en lo bien que trabaja el Keren Leyedidut”, destacó.

Ximena está casada con Gonzalo Cedrón desde hace 20 años. Hace 6 años él se convirtió al judaísmo y se casaron por jupá hace 4 años. En esta entrevista, repasó cómo surgió esta iniciativa y cuáles fueron los motivos que la impulsaron a tomar la decisión de vivir en Israel.

A pesar de la pandemia, la aliá no se detuvo y Keren Leyedidut estuvo al lado de los nuevos inmigrantes en cada oportunidad. Mañana, 73 olim volarán desde Argentina a Israel, y entre el lunes y martes próximo lo harán otros 67. En total, serán 140 olim en una semana.

-¿Cómo surgió la idea de hacer aliá?
-Hace muchos años, cuando nació mi tercera hija, surgió la idea de hacer aliá. Y la idea quedó flotando. Hace un par de años, mi hijo más grande se fue a Jai para recorrer Israel, y se quedó diez días más en la casa de una amiga. Y ese fue el momento en que lo empezamos a volver a pensar. Él volvió súper contento y ahí empezó a tomar más fuerza la idea. Volvió con la idea de que terminaba de estudiar y se iba. Incluso había pensado la posibilidad de irse a Naalé, para terminar el secundario allá. Y hace dos años con mi marido dijimos: ‘Si nosotros tenemos ganas y los chicos dicen que en algún momento se van a ir, yo no me veo en mi vejez tejiendo escarpines a lo lejos. ¿Por qué no lo transformamos en un proyecto familiar?’. Entonces decidimos ir para adelante.

-¿Cuántos hijos tenés?
-Cuatro. Uno de 18, uno de 15, una que cumple 12 y otra de 6.

-¿Cómo surge el vínculo con Keren Leyedidut?
-Hay una amiga nuestra que se fue a Israel y con ella paró mi hijo cuando se fue a Jai. Ella me conectó con Leo Naidorf, de Keren Leyedidut Argentina. Nos juntamos con él y nos dijo que nos iban a acompañar, que nos quedemos tranquilos. Empezamos a interactuar con Keren Leyedidut en 2019. En un momento frenamos porque mi mamá, que tiene 86 años, estaba dudando si ir o no a Israel. Pero después, cuando empezó la pandemia, mi mamá se vino a vivir con nosotros y decidió viajar también. Y ahí volvimos a vincularnos con Keren Leyedidut.

-¿Cuán importante fue esta organización como familia que decide emigrar e ir a un país nuevo?
-La verdad es que yo no los conocía. Y terminaron siendo súper importantes. Primero, por el apoyo en todo sentido. No sólo el económico, porque ellos te ayudan económicamente cuando llegás, sino también el apoyo emocional. Tuvimos una charla con Leo, porque la verdad es que hay un montón de preguntas que uno se hace. Teníamos mucha incertidumbre, porque para alguien que se está por ir, es dejar toda una vida atrás, es importante. Él contó una historia de una pareja adulta que tenía que dejar su vajilla de cuando se casó, y la verdad que son cosas que van más allá… Nos guió en lo que teníamos que llevar, en lo que estaría bueno, en cómo pensar el viaje y la mudanza. Me parece que está bueno un apoyo, un acompañamiento, es importante y lindo.

-Córdoba es una de las principales provincias de Argentina. ¿Conocés otras familias de allí que están viajando?
-Sí, ya viajaron. Se fueron un montón. Yo trabajo en el colegio, soy morá de hebreo y se fueron cuatro compañeros mías del colegio en estos últimos meses. El que era el director general del área judaica, una compañera que era coordinadora y dos morot. Una se fue con la hija, otra se fue sola porque tiene los hijos viviendo allá y los otros dos se fueron con la familia. Todos se fueron de la mano del Keren Leyedidut.

-¿Hay algún motivo en particular que les hiso tomar en el último año esta decisión? ¿La pandemia, la crisis en Argentina, la economía, extrañar a la familia?
-Yo creo que un poquito de todo. La pandemia sumó mucho, porque nosotros la verdad tenemos un negocio de repostería y con la pandemia cerramos. Pero no es solo económica la ecuación, la decisión que uno toma me parece que también tiene que ver con otra cosa, con algo que uno tiene adentro y te llama a irte a vivir a Israel. Tiene que ver con un sentimiento también, esta locura de dejar todo. Porque nosotros, más allá de que cerramos, seguimos trabajando en casa. Yo tengo mi trabajo, como morá, mi marido tiene otro trabajo… entonces no es 100 por ciento por haber cerrado el negocio y por la economía. Otra parte también tiene que ver con el futuro de los chicos. Mi hijo mayor tiene 18 años, pero a mí me cuesta mucho soltarlo, dejarlo salir solo. Me parece que hay mucho miedo, y también uno ve la vida que hicieron los chicos de la edad de ellos, incluso más chicos, allá y es otra cosa. Mi hija que va a cumplir 12 años, tiene amigos que se fueron también en este último tiempo, y yo veo que van solos al colegio, que van solos al parque, que van solos acá, allá. Y ella con su edad me pregunta ‘voy a poder salir con el celular a la calle’ y no lo puede creer.

-¿Cuánto ayuda una organización como el Keren Layedidut en el acompañamiento de la decisión?
-Ayudan en el acompañamiento, siempre están pendientes de lo que uno necesita saber. Uno tiene que meter en dos valijas una vida entera, y la verdad es que ellos te dan una valija más, y que algo muy importante, porque te permite la libertad de quizás llevarte cosas que te acompañaron toda la vida. Quizás suena medio como tonto, pero para alguien que deja una vida atrás es importante, por lo menos para mí, que soy muy apegada a los recuerdos, es muy importante. Y la ayuda económica que dan cuando uno llega allá también es importante, porque me parece como un punta pie inicial para salir adelante. A mucha gente los han seguido ayudando en ese camino de integración en un lugar totalmente nuevo, se han sentido muy acompañados. La verdad es que es súper valorable.

-¿Creés que hay familias detrás de ustedes que seguirán este paso?
-Sí, yo creo que sí. Cuando fui a apostillar las partidas de nacimiento al Colegio de Escribanos, el chico me preguntó por qué me iba. Le dije ‘porque mucha gente se va’ y me contestó: ‘Esto es un éxodo bíblico’. Quizás la pandemia lo hiso más fuerte y mucha gente se está queriendo ir, y muchos amigos nuestros empiezan a llamarnos, a preguntarnos, a querer saber, porque ya están elaborando la idea de irse.

-Evidentemente las cosas deben estar funcionando bien, para que esta historia de familias que se van se siga repitiendo…
-Sí, totalmente. Yo estoy en cuatro grupos de WhatsApp y la verdad es que todos concuerdan en lo bien que trabaja Keren Leyedidut. A todos los han seguido ayudando, acompañando. La gente que se está yendo, la gente que está en el camino y la gente que ya llegó: todos concuerdan en lo mismo. No hay ninguno que diga una palabra de que no me cumplieron con algo. Todo lo contrario.

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