Itongadol (Por Eduardo Chernizki).- En pocos meses se cumplirá el primer centenario de la fundación del Keren Hayesod, una de las emblemáticas instituciones del Movimiento Sionista, que con su incansable labor permitió, primero, el desarrollo del Yishuv (la población judía establecida en la Tierra de Israel) y, después, a partir del 14 de mayo de 1948, el Estado de Israel.
A continuación, presentamos una pequeña reseña de su origen y primeros años de labor.
El Movimiento Sionista enfrentaba en el primer semestre de 1920 un gran desafío: implementar lo establecido en la Declaración Balfour a partir de la resolución de la Conferencia de San Reno, que respaldaba el establecimiento del Mandato Británico en la tierra de Israel.
La tarea no era nada fácil, pues el Yishuv estaba atravesando graves problemas económicos y no eran pocos los judíos que decidían regresar a sus países de origen, pues no contaban con los medios para mantenerse.
La dirigencia del Movimiento Sionista tenía en claro que era necesario no sólo adquirir tierras, sino que se las debía desarrollar estableciendo poblaciones al igual que los centros urbanos, pavimentar las carreteras existentes y erigir nuevas que unieran los diversos kibutzim y moshabin con las ciudades, para lo cual era necesario contar con importantes sumas de dinero.
Un intelectual y empresario judío nacido en Pinsk, Bilorusia, Isaac Asher Naiditch (1868-1949), en marzo de 1920 propone establecer «un fondo de la fundación» para recaudar contribuciones de los judíos de todo el mundo para apoyar y financiar la empresa sionista.
La propuesta generó un amplio debate, que tuvieron quienes la apoyan y quienes no, pero Naiditch expuso en el Congreso Sionista que del 7 al 24 de julio de 1920 se llevó a cabo en la ciudad de Londres, donde expresó: “Ahora, cuando deseamos crear un refugio privado para los inmigrantes y un refugio global para nuestra gente, nos ponemos de pie y preguntamos… ¿es posible que de los judíos de todos los países del mundo, no recaudemos la cantidad que necesitamos? El Fondo de la Fundación [Keren Hayesod] debe darnos la capacidad, no solo para comenzar el trabajo, sino también para terminarlo… Este es un momento de responsabilidad para nuestra gente, y un tiempo de prueba. Le corresponde a usted preparar a nuestra gente para salir de esta prueba con una corona de vencedor en nuestras cabezas».
La propuesta fue aprobada por una gran mayoría, pues los miembros que la votaron pensaron que con el establecimiento del Keren Hayesod habían encontrado la solución para conseguir y administrar el dinero necesario para la consolidación del ideal sionista en Eretz Israel. El Congreso nombra a Naiditch junto a Hillel Zlatopolsky, otro activista sionista ruso que también creía firmemente que el pueblo judío respondería al desafío; y a Berthold Feivel, un periodista checo judío, como directores de la nueva institución, que en 1921 se constituye como una asociación con sede en Londres. A partir de ella, se establecieron organizaciones de recaudación de fondos en todo el mundo, comenzando principalmente en Europa occidental y central, y en los Estados Unidos.
Inmediatamente colaboraron con el Keren Hayesod destacados dirigentes de todo el espectro político sionista, como Chaim Weizmann, Ze’ev Jabotinsky, Albert Einstein, Nachum Sokolov y Menachem Ussishkin, entre otros.
A partir de su establecimiento, el Keren Hayesod ayudó a recaudar fondos para establecer la Universidad Hebrea de Jerusalem, el Banco Hapoalim, proyectos físicos en la Tierra de Israel, comenzando con Beit Ha’am en Ramat Yishai (Baja Galilea), en 1927.
En 1926 la sede central de Londres se trasladó a Jerusalem, y al establecerse la Agencia Judía en 1929, se convirtió en su brazo de recaudación de fondos, a la vez que continuaba desarrollando sus propios proyectos.
Si bien los efectos de la crisis económica mundial de 1929 afectaron la labor del Keren Hayesod, la misma no se interrumpió, y a partir del acceso al poder del nazismo a fines de enero de 1933, desempeñó un papel central para llevar judíos alemanes a la Tierra de Israel. Esto incluyó el establecimiento y desarrollo de los suburbios de la bahía de Haifa, y la fundación de la Compañía de Asentamiento Rural y Suburbano (Rasco) fue fundada en 1934; al mismo tiempo que continuó apoyando el establecimiento de una variedad de instituciones culturales, como la Orquesta Filarmónica de Israel (1936).
Las palabras expresadas por Albert Einstein al celebrarse los primeros 15 años del Keren Hayesod continúan siendo vigentes al celebrarse su centenario: “Keren Hayesod, el que hizo posible el asentamiento en las tierras de Eretz Israel, ha demostrado ser una institución de valor incalculable para la rehabilitación necesaria de la gente”.