Itongadol.- Luego de la exitosa gestión de Paul Rozenberg al frente de CUJA, Marcelo Bancic asumió como nuevo representante de Keren Hayesod en Argentina. En una entrevista con ItonGadol, destacó los desafíos de cara a su gestión y los proyectos para 2023 con la celebración del 75° aniversario del Estado de Israel y los 100 años de CUJA como institución.
-¿Con qué expectativas llegás a una institución tan pujante como es CUJA-Keren Hayesod?
-Estoy muy orgulloso de estar en Buenos Aires. El Keren Hayesod en Argentina es uno de los más grandes de Latinoamérica. Si bien están también Sao Pablo y México, Buenos Aires tiene mucho potencial. Es tanta la cantidad de judíos que hay acá, por dentro y por fuera de la comunidad, que el trabajo es inmenso. Es un país especial y una comunidad especial. Me encanta la cultura del país, me siento muy identificado. Soy nacido en Uruguay.
-¿Estás contento, te estimula este nueva desafío?
-Me súper estimula. Estoy llegando a un país muy grande. Soy de por sí una persona optimista y veo las cosas buenas que hay para hacer acá, a pesar de la situación en la que está. Me hubiera podido tocar estar en otro país, pero estoy llegando a uno donde el desafío es muy grande.

Paul Rozenberg junto a Marcelo Bancic
-¿Cómo viviste el traspaso e intercambio de roles y responsabilidades?
-Paul Rozenberg es de perfil muy bajo, pero CUJA – Keren Hayesod aquí en Buenos Aires tuvo una auditoría hace dos años desde Israel y resultó cómo una de las mejores sedes de Sudamérica. Yo creo que la línea va a ser la misma. Tanto en la educación como con todos los proyectos de Keren Hayesod que trabajamos. Creo que la parte de la educación es la forma de llegar acercar a nuevas personas también. Acá la ayuda es mutua. No es solamente ayudar a un proyecto en Israel, sino también ayudar a la comunidad judía en Argentina. A partir de ahí, hay que entender que dar y esperar a ver qué me dan, sino que es un trabajo en conjunto.
-Incluso hay algunas instituciones que pivotean con el Keren Hayesod y crean una fórmula interesante, cuando todos sabemos que hay una segunda generación que no está educada para donar. No porque son malos, sino porque quizás sus abuelos o padres no los educaron correctamente en ese sentido. Y la educación, logró involucrar a esta segunda generación que estaba desentendida.
-Creo que todo el tema de educación y valores es justamente la misión y los objetivos del Keren Hayesod. Si bien en sus principios era para construir el Estado de Israel y después siguió ayudando en cada operación de emergencia, hoy por hoy el Estado de Israel ya está construido. Hay operaciones de emergencia, pero no es como era antes, que cada año había una guerra diferente. Ahora hay que mantener lo que está. Nuestro trabajo es acortar la brecha de la sociedad israelí y seguir la educación en la diáspora. Que vengan a conocer Israel. Que más jóvenes sientan que es realmente su casa. Y no su segunda casa, su primera casa.
-CUJA – Keren Hayesod tiene un legado importante. Dos que quiero destacar son “Volvamos al Shule” y otro más reciente es “Aliá Protegida”. Supongo que esto va a continuar con el mismo ímpetu.
-Somos testigos del nacimiento de un proyecto. Porque estos dos años fue para los chicos de Aliá Protegida y para nosotros aprender cómo se hace. La visión de este proyecto tiene que ser no a nivel local, sino a nivel de Sudamérica o mundial. Yo creo que estamos siendo testigos de cómo nació, porque es un proyecto muy cercano. No estamos hablando de algo solamente en Israel, sino de algo de la comunidad judía argentina también. Personalmente me tocó conocer a los chicos de la primera camada y de la segunda, poder recibirlos en Israel. Cada uno de esos chicos es una vida salvada. No es ni más ni menos que lo que pasó en Ucrania, lo que pasa en Francia con el antisemitismo o lo que pasa en Etiopía.
-Quienes conocimos la vida de los chicos antes de viajar, sin oportunidades, vemos que es un rescate de vida judía. Ver a los chicos ahora en Israel y ver que han hecho una vida es grandioso. En mi última entrevista con Paul Rozenberg, me contó que cuando despidió a la primera camada les dijo “Yo estuve en el lugar de ustedes”. Creo que todos ustedes estuvieron en ese lugar.
-Dos cosas. Primero, creo que Israel da a cualquier persona judía muchas más posibilidades. Por cómo está parado Israel hoy en día, por la tecnología que tiene, por la forma de trabajar del país. Hay un abanico de posibilidades para hacer y por eso les va a ir bien. En segundo lugar, para una persona que viaja, al principio no es fácil llegar a otro país. Pero esos chicos la pasaron mal acá. Cuando llegan a allá, ya son fuertes. La preparación que tuvieron en Argentina significa que cuando lleguen a allá van a agarrar esta segunda oportunidad que tienen con las dos manos. No van a mirar a la izquierda ni a la derecha, van a ir de frente.

Paul Rozenberg junto a Marcelo Bancic
-¿Cuál es la mirada para 2023, con Iom Haatzmaut en el medio?
-No es un Iom Haatzmaut cualquiera, son los 75 años de Israel. Creo que 2023 tiene que ser el año de Iom Haatzmaut. Hay que aprovechar los eventos de los 75 años para mostrar a un país tan joven con todas sus cualidades. Más allá de las cosas difíciles que les toca pasar ahora, con los cambios de gobiernos y nuevas reformas, demostrar a todas aquellas personas que quieran acompañar al Estado de Israel a través del Keren Hayesod, que hay muchas más cosas para hacer.
-¿Podemos marcar algunas actividades que ya estén definidas?
-Por los 75 años hay dos mishajot que salen en abril, que van a estar en Israel para Iom HaShoa, Iom Hazikaron y Iom Haatzmaut.
Yo creo que uno de los eventos más grandes que va a tener este año es el proyecto de los 100 años de CUJA. Se está preparando un libro con la historia de CUJA. Creo que es un regalo que yo recibo de la cadencia de Paul, que ya está encarado y trabajado. Ese evento va a acercar a familias, hijos y nietos de gente que fueron autoridades en la institución y que trabajaron muchos años. Darles el reconocimiento a través del libro de los 100 años y de un evento especial.