AJN/Itongadol.- En 2010, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció planes para otorgarle al cineasta franco-suizo Jean-Luc Godard un Oscar honorario. Muchos en la comunidad judía se rebelaron.
Pidiendo a la Academia que rescindiera el Oscar, la Organización Sionista de los Estados Unidos llamó a Godard “antisemita virulento”, argumentando que Godard tenía antecedentes de hacer comentarios antisemitas y de poner lenguaje antisemita en sus películas. Medios de prensa judíos informaron sobre acusaciones de que el cineasta era antisemita.
Tales afirmaciones de antisemitismo fueron una constante a lo largo de la larga e idiosincrásica carrera del cineasta pionero de la Nueva Ola francesa, quien murió el martes a los 91 años por un suicidio asistido.
Aunque sus películas incluyeron bromas sobre la matanza de judíos (A married woman, de 1964) y una frase sobre que los judíos inventaron Hollywood (Film socialisme, de 2010), también expresó simpatía por el pueblo judío, se hizo amigo de los principales intelectuales judíos de Europa y se comprometió en debates rigurosos y reflexivos sobre la ética de cómo y cuándo representar la Shoá en una película.
Todo eso se produjo en medio del abierto activismo pro palestino de Godard. Su película-ensayo de 1976 Here and elsewhere, que codirigió con su compañera de mucho tiempo Anne-Marie Miéville, incluye representaciones positivas de terroristas palestinos y yuxtapone a la ex primera ministra israelí Golda Meir con Hitler. La película nació de los restos del intento fallido del dúo de hacer una película sobre los palestinos que sería financiada por la Liga Árabe.
Godard había comentado una vez que su abuelo “era antijudío; mientras que yo soy antisionista, él era antisemita”. Y en 2018 prestó su nombre a un boicot de cineastas a un evento francés que celebraba el cine israelí.
Cuando no estaba haciendo declaraciones públicas ásperas, Godard estaba haciendo películas, algunas con Woody Allen, a quien admiraba mucho: eligió a Allen para su versión vanguardista de El rey Lear, de 1987.
Discutió cortésmente, en general, con su contemporáneo judeofrancés Claude Lanzmann, director del histórico documental Shoah, sobre la ética del enfoque de Lanzmann de representarla sin usar imágenes de archivo. Sin embargo, Godard también era un gran admirador de Shoah y planeaba emprender una serie de debates sobre esto a fines de la década de 1980 con Lanzmann y el intelectual judeofrancés Bernard Henri-Lévy, según un relato en el libro de Brody, su biógrafo judío.
Según el propio relato de Henri-Lévy, que publicó en 2010 cuando surgieron los cargos de antisemitismo contra Godard relacionados con los Oscar, los tres hombres compartían un “tono de amistad y relajación”.
Los planes para filmar tales debates fracasaron en gran medida. Pero en el videoensayo de ocho partes de Godard «Histoire(s) du Cinema», publicado entre 1988 y 1998, volvió al tema de cómo filmar la Shoá, elaborando montajes de sus diversas representaciones como una forma de criticarlas. Godard estaba interesado en “la relación entre el trauma histórico y la capacidad de la imagen para representar o retratar ese trauma”, como lo describió la académica Miriam Heywood.
Si Godard no estuvo de acuerdo con la descripción de la Shoá de Lanzmann, pero finalmente la respetó, no se puede decir lo mismo de sus puntos de vista sobre Steven Spielberg. El largometraje de Godard de 2001 In praise of love resultó controvertido porque sirvió como un duro derribo de Schindler’s list. Spielberg fue defendido por la mayoría de los críticos estadounidenses en ese momento, y Roger Ebert calificó la ira de Godard de «dolorosa e injusta».
En junio de 2008, Godard canceló a último momento su participación en un festival anual de películas de estudiantes en Tel Aviv por presuntas presiones de grupos pro palestinos.
Godard dijo que no viajaría por razones “fuera de su control”, según publicó el portal israelí Ynet.
“Estamos muy desilusionados porque sucumbió a la presión de grupos pro palestinos que lanzaron una campaña para boicotear a Israel”, aseguró la responsable de prensa del festival, Morane Tal.