Itongadol.- Vándalos rompieron dos puertas y una contraventana de madera del edificio donde se efectuaba la Tehara (limpieza ritual de los fallecidos) del antiguo cementerio judío de Hürben, en Alemania.
La policía informó el hecho y lo calificó de antisemita, aclarando que “no se robó nada y no se dejaron escritos ni símbolos”.
De acuerdo a lo publicado por el medio local Allgaeu-Rechtsaussen, “el antiguo cementerio judío vandalizado no es reconocible como tal y no se ha utilizado como cementerio durante mucho tiempo. Por lo tanto, la motivación política del perpetrador parece cuestionable para la policía. Sin embargo, denunciaron el acto como antisemita a la Oficina de Policía Criminal del Estado de Baviera”.
La comunidad judía de Hürben fue fundada en 1675 e incorporada a la ciudad de Krumbach en 1902 y el edificio de la Tehara se añadió en 1898. Después de 1933, la gente de Hürben pronto se enfrentó a boicots contra los judíos. Además, en los años hasta 1938, se arrojaron ventanas de edificios residenciales y se derribaron lápidas en el cementerio judío y el hogar de convalecencia para niños judíos finalmente tuvo que cerrar. Los nazis confiscaron el edificio y establecieron un centro de entrenamiento para el Cuerpo Aéreo Nacionalsocialista. Después de la Noche de los cristales rotos, progrom del 10 de noviembre de 1938, los nazis comenzaron a detener a los judíos y el 26 de noviembre de 1939, un desconocido prendió fuego a la sinagoga. Luego de iniciada la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los judíos de Hülben fueron enviados a campos de exterminio, acabando de esa manera con la comunidad judía local luego de 267 años de existencia.
Hace unos meses, en un parque cercano, extraños arrancaron los listones de madera de un banco y los colocaron en el suelo para formar una gran esvástica. Al ocurrir este segundo hecho la directora del Centro de Investigación e Información sobre el Antisemitismo (RIAS) de Baviera, Annette Seidel-Arpacı, declaró: “Este es el segundo incidente en el antiguo cementerio judío de Krumbach en unos pocos meses, que sugiere un trasfondo antisemita. Aquí también queda claro una vez más que el antisemitismo es un fenómeno cotidiano. Los lugares de la vida judía anteriormente visible y diversa en Baviera, que fue destruida por los nacionalsocialistas, son atacados repetidamente. Siguiendo la lógica del antisemitismo, el daño antisemita a la propiedad que ataca esta memoria también puede convertirse en ataques contra judíos vivos”.