Itongadol/AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- Carlos Telleldín, el último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic que voló la AMIA, declaraba hoy, jueves, por más de tres horas y media en la séptima audiencia del juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA, cuando el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 dispuso un cuarto intermedio hasta las 14.30 hs. para que continúe.
Básicamente, el imputado reiteró su última versión de los hechos, que presentó hacia el final del juicio oral anterior, en 2004, y que repite desde entonces, sobre la presunta venta de la camioneta-bomba Trafic, las extorsiones que padeció por parte de policías bonaerenses, sus vivencias en el marco de la causa y las propuestas para mejorar su situación a cambio de involucrar a inocentes en el ataque terrorista, especialmente los 400.000 dólares que recibió por acusar a esos efectivos.
Los aspectos novedosos tuvieron que ver con que dijo haberse prestado a ese pago para después acusar a los entonces juez Juan José Galeano y fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia de “corruptos” porque actuaban en conjunto, si bien estos últimos casi no estuvieron en la indagatoria que posibilitó que cobrase.
El acusado también apuntó contra el fallecido fiscal Alberto Nisman, a quien acusó de haberle pedido a uno de sus abogados en el juicio oral, Luis Sasso, que lo convenciera de mantener la versión oficial contra los ex policías bonaerenses, lo cual pensaba probar en este debate si el funcionario hubiese estado presente.
Por otra parte, insistió con una necesidad general de darle alguna respuesta a la comunidad judía, y en ese marco señaló varias veces a dirigentes comunitarios y a Israel.
Por ejemplo, Telleldín contó que creía que el dinero provenía del Banco Mayo, que presidía el entonces presidente de la DAIA, Rubén Beraja, o del Mosad hasta que los espías de la ex SIDE admitieron su participación en esa operación.
Ello fue porque las personas involucradas tenían “nombres israelitas como David o Jaime”, porque Galeano le pidió autorización para que lo interrogase un falso procurador general de Israel y por una reunión que tuvo en el juzgado con el titular de la DAIA, su secretario general, Rogelio Cichowolski, y el abogado de la AMIA, Luis Dobniewsky.
En esa ocasión, que no pudo precisar si fue antes o después del pago, “Beraja me dijo que si hacía lo que debía, me iría a mi casa”, relató.