Opinión. Un antisemita ruso disfrazado de locutor

 

Primero que se trata de un canal estatal que bajo el régimen comunista y actual está controlado por el Estado como parte de lo impuesto por el Presidente Vladimir Putin.

El monopolizar la información es un seguro de infiltración directa y subliminal de infiltración ideológica para educar a las masas a seguir el “modelo político” totalitario.

Putin al haber sido Director del Servicio Federal de Seguridad (sucesor del KGB) luego de recibido de abogado comenzó su carrera política ingresando en el servicio de espionaje del KGB, siendo destinado como agente en Dresde (Alemania Oriental). 

 

Después de la caída del Muro de Berlín, regresó a Leningrado (actualmente San Petersburgo) y fue allí donde potenció sus conocimientos sobre la violación  a los Derechos Humanos que sumó de la Stasi para su experiencia represiva hacia los enemigos del sistema comunista. Todo lo aprendido lo aplicó frente a situaciones críticas de su país como el hundimiento del submarino Kursk el 12 de agosto del 2000, la tragedia en el Teatro Dubrovka por terroristas islámicos chechenos, la masacre de la escuela de Beslán y el asesinato de la periodista Ana Politkóvskaya, etc. 

 

Por estos antecedentes no es extraño que el conductor Daniel Estulin haya hablado como habló. Habló con tanto odio, con un tono de voz más parecido a los discursos de Hitler y de Satlin que el de un periodista reflexivo. Habló arengando e incitando al odio. Odio con información antisemita desde antes y durante la promulgación de los Protocolos de Sión. Con datos falsos típicos de virulentos slogans y reflexiones delirantes de odio a los judíos. Odio potenciado por el argentino Adrian Salbuchi creador del proyecto Segunda República, basado y conocido por su nacionalismo basado en el desprecio y miedo al inmigrante a la Argentina porque contamina su patriotismo. 

 

Patriotismo que señala al judío como colonizador sionista en la Patagonia para lo que se llamó falsamente también el Plan Andinia de Beberaggi Allende otro gran antisemita. Plan Andinia que asocia mancillando el nombre de Teodoro Herzl cuando escribió El Estado Judío y se debatía las posibilidades de obtener una tierra para los judíos y se hablaba de Ruanda y de Argentina. Argentina a la que nunca se llegó a un acuerdo, pero especulando estos nazi fascistas hasta cuando llegaron los inmigrantes judíos allá por fines del siglo XIX que habían arribado encubiertos por las compras de tierras del Barón Hirsch con anuencia e invitación del gobierno. 

 

Del gobierno de ayer y de hoy que no poblaron la Patagonia, que vendieron sus tierras, que fue refugio de nazis que montaron bases para informar antes y durante la Segunda Guerra Mundial sobre los movimientos de barcos ingleses en el Sur. En Sur a cambio de millones y oro que trajeron comprando no solo a los ideólogos pares tanto de este país como de Chile para refugiarse y vivir encubiertos además de haber sido parte de grande negociados e industrias con la anuencia de Perón. Y con ese proyecto desde hace más de siglo y medio se culpó a los judíos lo que los objetivos que tenían los nazis y de los intereses alemanes en Sudamérica más los intereses locales. Los locales al poder terrateniente y a la Iglesia del miedo al comunismo que para ellos era sinónimo de ser judío. 

 

Luego con el Marcartismo y la influencia norteamericana de la persecución a la izquierda y al terrorismo fue aprovechada para también perseguir a los judíos asociados siempre como “Rojos”.  Un caso particular fue el establecimiento del nazi Paul Schaeffer Schneider con la creación de la “Colonia Dignidad” en el sur de Chile reducto pedófilo, de fabricación de armas, del gas sarín y centro de tortura durante la dictadura de  Pinochet. Establecimiento que nació como un lugar de Beneficencia y educativo que fue aceptado en 1959 y terminó siendo una base de infiltración y refugio de nazis, con ayuda de los políticos afines a esas ideas, de concretar grandes negociados con fortunas indescriptibles donde se aunaban poder y dinero.

 

¿Plan Andinia o Plan Antisemita? ¿Plan Andinia o Plan nazi? Con estos dos personajes descriptos se entiende a quién responde el conductor escuchado. No fue un programa fue un mitin político por televisión. Parecía un electrocutado, orgulloso de sus distorsionadas afirmaciones, inquisitorialmente aseveradas.

 

Denunciando al matrimonio Kirchner mostrando sus camaleónicas tramas de intereses según cambia la ocasión y todo…en nombre del bien del pueblo argentino. Pero lo que no dijo, no digo señor porque para eso hay que serlo, es que la mayor riqueza de la Patagonia está en manos de los Kirchner.

 

Es tanto lo que dejó traslucir esta transmisión y esa filmación que agota a la racionalidad. Nuestro gobierno debería sentarse a analizar lo que la Presidenta también difunde, cambia según sus conveniencias con ideas controvertidas con la democracia y el pluralismo. Su amistad con Putin olvida quién fue, lo que hizo y su expansionismo a Georgia y Crimea para que le permita saber también con su amistad tan reciente con el mundo árabe que de lo dicho por este periodista es el mismo discurso que se escucha en las Naciones Unidas. Y repetir historias de chivos emisarios para cubrir las propias es viejo como el tiempo.
 

Yo creí que la televisión era  para educar y no para odiar pero me equivoqué. Hitler y su Ministro de Propaganda Joseph Goebbels para dominar a las masas  hicieron fabricar y donar millones de aparatos de radio para que el “modelo” llegue a todas partes.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.