«Esto es realmente emocionante», aseguró Avi Bitou, director de los programas de absorción del Centro Lod. «La mayoría de lo inmigrantes provienen del área rural donde no hay autos, y si los hay son de los ricos. En sus sueños más raros nunca se imaginaron que aprenderían a conducir. Primero estudian la teoría, primer paso para sacar la licencia».
Bitou, que llegó a Israel desde Etiopía hace 24 años, comenzó a dictar el curso siguiendo los pedidos de los inmigrantes. «Muchos hablan hebreo pero tienen problemas con la escritura, confesó Bitou. «Querían que el examen fuera oral y no escrito. Pero para eso tienen que ir a la Corte a declarar. Es demasiado complicado. Entonces me pidieron si yo podía arreglar un curso teórico en donde al final les tomaran un oral».
Cuando se lanzó el curso, se inscribieron 60 personas, 30 más de las esperadas. «Me sorprendí de ver tantas mujeres y ancianos. Creo que se debe a que la licencia de conducir te abre las puertas a un nuevo mundo: desde el trabajo hasta la independencia personal. Les da confianza y un cierto status», sostuvo Bitou.
Fuente: Arutz Sheva
Traducción: Leila Mesyngier