La AMIA distinguió a la sobreviviente de la Shoá Eugenia Unger con una plaqueta “en reconocimiento a su inclaudicable lucha a favor de la renovación y educación para que el recuerdo de las víctimas del Holocausto permanezca incólume a pesar del paso del tiempo”.
La entrega se materializó en un sobrio acto efectuado en la Sala de Sesiones, con la presencia del presidente de la entidad, Guillermo Borger, y el secretario general, Julio Schlosser.
La homenajeada agradeció el reconocimiento y aprovechó para reclamar que la AMIA no invite a sus pares a los eventos que organiza, máxime cuando “Borger es hijo de sobrevivientes”, según declaró a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“Es algo que nos duele y creemos que él hará lo posible para que esta situación sea modificada, pues durante bastante tiempo los sobrevivientes nos hemos sentido desplazados, y eso no debería existir entre hermanos”, agregó.
Respecto al reconocimiento, Unger expresó que “siento una inmensa alegría y, a la vez, mucho dolor, pues no pudieron estar todos mis hermanos sobrevivientes, pues somos toda gente mayor”.
No obstante, tiene el consuelo de saber que “hemos trabajado mucho y todo lo que le enseñamos a la gente perdurará”.
“Viajé dando testimonio por casi toda la Argentina, un país al cual le estoy muy agradecida porque nos recibió muy bien”, finalizó.
Por su parte, en diálogo con AJN Schlosser calificó a Unger como “un incansable paladín”, que la AMIA decidió distinguir por “su trayectoria en defensa del estudio, la memoria y todo lo que tenga que ver con la Shoá, a fin de que no vuelva a repetirse”.
“También quisimos reconocerla por el mural que hizo instalar en el Museo del Holocausto en recuerdo de Janusz Korczak, un educador que dio el ejemplo al no aceptar prebendas e ir a los campos de exterminio” con sus alumnos, añadió el dirigente.
“La AMIA -recordó su secretario general- está muy compenetrada con la Shoá, pues colabora incansablemente con Sherit Hapleitá y en el Capítulo Argentino de la Task Force”, el organismo internacional que impulsa la investigación, la educación y la memoria de ese genocidio.
Finalmente, Schlosser fustigó al “olvido, que es muy malo y hace que los 6 millones de judíos (masacrados) mueran dos veces, como dicen todos los 18, aquí, los familiares de las víctimas” del atentado a la AMIA.
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