Itongadol.- Yael y Adi Alexander, los padres del rehén estadounidense-israelí recientemente liberado, Edan Alexander, describieron este martes lo que su hijo les contó hasta ahora sobre los terribles temores en cautiverio, la falta de agua, de alimentos y de ayuda, y el terror experimentado cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) atacaban Gaza, destruyendo edificios y llevando el miedo a la muerte a los cautivos.
Yael y Adi realizaron una declaración a los periodistas en el Hospital Sourasky de Tel Aviv, un día después de que Edan fuera liberado y regresara a Israel tras pasar 584 días de cautiverio de Hamás en la Franja.
La madre de Edan, hablando en hebreo, y su padre, hablando en inglés, agradecieron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a su enviado para Medio Oriente, Steve Witkoff, y al enviado para los rehenes, Adam Boehler, por su trabajo para traer a su hijo a casa: »El presidente Trump, Steve Witkoff y Adam Boehler trabajaron día y noche para traer de vuelta a mi hijo», expresó Yael.
»Nunca podremos expresar lo que eso significa para nosotros, pero nunca olvidaremos el incansable esfuerzo en favor de Edan. Estamos en deuda con ellos», agregó Adi.
Sorprendentemente, o no, eligieron no mencionar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tras sus declaraciones en las que argumentó que la presión militar de las IDF contribuyó a la liberación.
»Yo digo que la devolución de Edan debe ser sólo el principio de la devolución del resto de los rehenes. No hay tiempo que perder. El tiempo se acaba y el mundo nos observa», advirtió la madre de Edan.
Con respecto al cautiverio de su hijo, Yael detalló que »los ataques y las bombas le hacían pensar que cada momento estaba a punto de ser el último».
«Edan, mi héroe, regresaste del desastre. Pero otros rehenes siguen viviendo esa amenaza, siguen viviendo en ese infierno. Mi corazón volvió a latir, pero todavía tienen que volver a casa», añadió Yael.
Adi, por su parte, mencionó que su hijo, que servía en las IDF como soldado solitario, pronto regresará a casa, a Estados Unidos, a Nueva Jersey, a su vida, su familia y sus amigos.
»No se trata sólo de nuestra familia. Mañana comenzará una nueva serie de negociaciones que podrían conducir a que más rehenes vuelvan a casa y, finalmente, al fin de esta guerra. Para mí y mi familia, el esfuerzo por traer a casa a los 58 rehenes continuará hasta que todos estén en casa. Esperemos que estas negociaciones conduzcan a ese momento», concluyó Adi.