Itongadol/AJN.- Los padres de varios soldados israelíes de vigilancia que sirven en una base cerca de la frontera norte dicen que, si no se cumple su demanda, solicitarán al Tribunal Superior que las tropas sean trasladadas a una posición más segura, más alejada de la frontera.
Según informa la emisora pública Kan, los padres quieren saber por qué los soldados no han sido trasladados más lejos de la frontera y si existe un plan para garantizar su evacuación o protección en caso de que se produzca un estallido de combates más grave.
Los padres han expresado durante mucho tiempo su preocupación porque los soldados no estaban equipados o entrenados para hacer frente a los riesgos potenciales de estar tan cerca de la frontera.
Según los padres, las mujeres corren “diariamente peligro por sus vidas, con ansiedades y miedos, agotamiento y fatiga, que perjudican su funcionamiento”.
Según los informes, los padres dicen que no está claro por qué algunos soldados han sido evacuados de la frontera y otros no.
“Mi hija pregunta por qué están esperando para evacuarlos. Si un soldado hace esa pregunta, debemos actuar. Pueden hacer el trabajo desde cualquier lugar, incluso desde Tel Aviv”, afirmó a Kan una de las madres.
En respuesta, el portavoz de las FDI dijo a la emisora: “Somos conscientes de los sentimientos de los observadores y de sus padres y estamos a su disposición para brindarles las mejores maneras de llevar a cabo sus deberes profesionalmente manteniendo su seguridad”.
En febrero, varios padres dijeron que preferirían que sus hijos fueran enviados a una prisión militar por desafiar órdenes que ponerlos en peligro innecesario en la base cerca de la frontera con el Líbano.
El grupo terrorista Hezbollah ha lanzado ataques casi a diario contra comunidades y puestos militares en el norte.
El trato dado por las FDI a los soldados de vigilancia, la gran mayoría de los cuales son mujeres, ha sido duramente criticado desde que comenzó la guerra, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa sin precedentes contra Israel desde la Franja de Gaza.
Cuando comenzó el ataque, los soldados de vigilancia cerca de la frontera de Gaza estaban desarmados y no tenían suficiente protección contra los terroristas que invadieron la base de Nahal Oz, donde mataron a 52 soldados, incluidas 15 mujeres oficiales de vigilancia, y secuestraron a otras siete.
Tras el ataque del 7 de octubre, los soldados de vigilancia que sirvieron a lo largo de la frontera con Gaza dijeron que habían alertado antes de ese día de actividad sospechosa, pero fueron ignorados.