Michael Schudrich, el principal rabino de Polonia, y Monika Krawczyk, presidenta de la junta directiva de la Unión de Comunidades Religiosas Judías en Polonia, escribieron en una carta que las palabras de Katz les hacían “daño” a los judíos que viven en el país.
«Es un hecho que algunos polacos participaron activa o pasivamente en actos asesinos de los nazis contra los judíos, pero también recordamos que el gobierno polaco no colaboró oficialmente con el Tercer Reich», escribieron Schudrich y Krawczyk.
También destacaron que los ciudadanos polacos constituían el grupo más grande de los Justos entre las Naciones, que salvaban a los judíos de los nazis con gran riesgo para ellos mismos.
«Es un hecho que los polacos son la mayoría de los gentiles justos. Etiquetar a todos los polacos como antisemitas los difama y perjudica a cualquiera que los considere como el verdadero rostro de la nación polaca. Es un insulto que también nos daña a nosotros, los judíos polacos, que somos parte de la sociedad polaca», escribió.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, canceló hoy la participación del país en una cumbre de países de Europa central en Jerusalem, calificando los comentarios de Katz como «racistas».
Katz hizo el comentario por primera vez en una entrevista televisiva el domingo, pocas horas después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, canciller.