Gal Yardeni buscaba un cambio de escenario y de salario y decidió mudarse de Israel a Los Ángeles, tres años atrás. «LA es una hermosa ciudad. Cuando se mira desde afuera, parece un lugar perfecto para vivir. Cuando se mira desde adentro, no hay nada. Todo es un set de filmación», aseguró Yardeni.
Cuando terminen de preparar sus cosas para el regreso, los Yardeni decidieron que no vivirán ni en Tel Aviv ni en Jerusalem, donde Gal se crió. Será, en cambio, en una pequeña comunidad con la intimidad y familiaridad que les faltó en Estados Unidos. Seguramente, un kibbutz.
«La razón por la que volvemos a Israel es que acá están todos nuestros amigos. El kibbutz es sobre los amigos, sobre la comunidad».
El Movimiento Kibbutz Unido y el ministerio de Absorción de Inmigrantes se dedican a alentar a israelíes que viven en el exterior a volver a Israel. Desde allí, esperan que los Yardeni sean una más de las jóvenes parejas que deciden volver a su hogar a criar a sus hijos en un kibbutz, que ahora les permite tener una casa de su propiedad.
«Bo Habayta» (Regresa a casa) se llama el programa llevado adelante por ambas entidades. «El plan le puede servir mucho a los israelíes, especialmente para los que temen el cambio», sostuvo Gal. Próximamente se realizarán reuniones en Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Miami y Montreal.
Yardeni confesó que el 90 por ciento de los israelíes que conoce en LA volverían a Israel con la ayuda del programa, que soluciona cuestiones como el lugar para vivir y el colegio para los hijos.
El porcentaje de israelíes que regresa al país aumenta cada año. En 2004 fue del 20 por ciento (unas 7000 personas), el mayor número desde el comienzo de la Intifada, según datos del ministerio. Aún quedan 600 mil viviendo en el extranjero.
24 kibbutzim participan del programa y ofrecen incentivos para los que regresen como la baja de los precios de las casas y la posibilidad de rentar una mientras está en construcción la propia.
Fuente: Jerusalem Post
Traducción: Leila Mesyngier