Itongadol/AJN.- En diálogo con la Agencia Judía de Noticias, Yigal Palmor, director de Asuntos Públicos de Comunicaciones de la Agencia Judía para Israel, analizó los recientes acontecimientos vividos en Francia. Para Palmor, el hilo conductor entre los atentados cometidos en los últimos años en París, Madrid, Nueva York, Jerusalem y por supuesto Buenos Aires, pasa por el integrismo islamista violento y radical. La manera de enfrentar esa amenaza consiste en una lucha global y conjunta, que incluya verdad y justicia para las víctimas de todos los atentados.
Para Palmor, el integrismo islamista violento y radical es el hilo conductor entre los atentados terroristas en distintos lugares del mundo es el integrismo islamista y la manera de enfrentarlos: verdad y justicia.
¿Cómo analiza usted los atentados del “Viernes negro” en París?
Lo que sucedió en París es, sencillamente, la lógica continuidad de atentados por parte de grupos integristas violentos, que han golpeado a Europa y a Estados Unidos y dos veces a Argentina, a lo largo de los últimos 20 años. No estamos ante una gran novedad, ya hubo atentados suicidas, con coches bomba y otro tipo de atentados en Londres, Madrid, Bruselas, en Alemania y los hubo también en Francia. No hay una sola organización detrás de todo esto. Pero en todos ellos encontramos una ideología semejante de radicalismo islámico que promueve la violencia como instrumento de poder, de conquista, de venganza, de influencia, destinado a aterrorizar a occidentales o los así llamados “Cruzados”, a cristianos o a imperialistas. Se trata de una guerra de civilizaciones, una guerra religiosa, y cualquiera que tenga otra religión es un objetivo legítimo para ellos.
Lo que tienen en común es la justificación y la glorificación religiosa del suicidio de aquel que comete un acto violento en nombre de la Guerra Santa. Estamos frente a un fenómeno que afecta a muchos países de origen diverso, pero que tiene detrás una ideología bastante semejante, que hoy en día puede evolucionar en Siria e Irak, pero también en el Sinaí en Egipto, en Libia, y otros países. Por lo tanto, está más claro que nunca que hace falta un esfuerzo internacional coordinado para oponerse a esta tendencia ideológica y llegar a aislarla, de forma que desaparezca o se convierta en un fenómeno marginal.
¿Cómo se explica que las políticas de Israel frente a los atentados terroristas sean cuestionadas y criticadas, en momentos en que el mundo enfrenta la globalización del terrorismo?
Los países afectados por el terrorismo son diversos y sus políticas son diversas. Se puede no estar de acuerdo con la política de un gobierno u otro. Se puede rechazar la política de Estados Unidos, Francia, España o de Israel, y eso es legítimo. Es legítimo y aceptable el debate, pero no utilizar métodos asesinos, violentos. La política del primer ministro Netanyahu no tiene mucho que ver con la de Rabin, Peres o Ariel Sharon. Sin embargo, todos debieron enfrentar este fenómeno del terrorismo islamista suicida. Tampoco se parecen las políticas de Francia y Estados Unidos. Ni la del gobierno de Nigeria, y la lista es extensa, incluso llega hasta Argentina. Todos estos gobiernos que deben enfrentarse al integrismo islámico radical y violento son muy distintos y no puede justificarse la violencia con la política del país que es víctima de este fenómeno, sea cual fuere la crítica que uno puede dirigir hacia sus líderes.
¿Cómo está viviendo Israel estos momentos?
En Israel estamos siguiendo con mucha solidaridad, con mucha fraternidad, los acontecimientos en París. Hubo un acto público en Tel Aviv, con miles de personas. Los edificios de la alcaldía de Tel Aviv, la de Jerusalem, las murallas de la Ciudad Vieja, la Knesset (Parlamento de Israel), se iluminaron con los colores de la bandera francesa. Las manifestaciones de solidaridad atraviesan el país y todos vivimos con mucha inquietud y con identificación lo que ha pasado en Francia, porque bien sabemos lo que significa este tipo de terrorismo. El primer ministro ha ofrecido al gobierno francés toda la cooperación que pudiera ser necesaria, en términos de información de inteligencia, en todo lo posible, vamos a ser parte del esfuerzo internacional.
¿Cómo ve la Agencia Judía la situación en Francia, que no es nueva, y en Europa, y cómo trabajan esta situación?
Esta vez no resultaron afectadas instituciones judías, o sea que nosotros no estamos involucrados en lo concreto, pero sí estamos junto a la comunidad judía de Francia, que va a necesitar desplegar más esfuerzos en todo lo que se refiera a seguridad y vigilancia. Las autoridades de Francia ya desplazaron fuerzas de seguridad, militares, en escuelas e instituciones judías. Nosotros vamos a ayudar a la comunidad tanto en el área de educación, con apoyo psicológico y logístico, para poder hacer frente a una situación muy tensa y delicada, que atraviesan junto con toda la población francesa.
Ahora no es momento de hablar de aliá (inmigración a Israel), pero estamos dispuestos a recibir a todos, como siempre.
Seguimos ocupándonos de este tema, que es fundamental para nosotros, sin ninguna relación directa con los atentados. No es posible saber si los atentados van a empujar o influir en alguien para emigrar a Israel u otro país. De todas formas, sea cual fuere la decisión, nosotros estamos aquí, dispuestos a recibir a todo aquel que quiera venir a Israel. Creo que éste también es un mensaje importante en estos momentos.
¿Se puede decir que el terrorismo es uno, más allá de la forma y el lugar donde se lleve a cabo?
Yo creo que terrorismo es terrorismo. Lo que cuenta es la ideología detrás del terrorista y de quienes lo mandan. Que utilice un instrumento u otro da igual. Los terroristas palestinos en Israel utilizarían bombas y armas automáticas si pudiesen. Ya lo hicieron, y mucho, en los años 2000, en los 90. Ahora, después de muchos años de presión de los servicios de seguridad israelíes tienen menos posibilidades técnicas. Pero eso no cambia la naturaleza del acto terrorista.
También hay que decir que en Israel, como en cualquier otro sitio, hay circunstancias locales. Yo no creo que niños o adolescentes que apuñalan civiles por las calles sean terroristas motivados por el integrismo. Aquí hay incitación al odio por medio de las redes sociales. Detrás del ambiente violento encontramos la ideología integrista, más o menos religiosa, que anima al asesinato como instrumento para promover objetivos políticos. Que los terroristas no vengan desde Siria o tengan reivindicaciones locales no cambia la naturaleza profunda del fenómeno, que es global. Y la lucha contra este fenómeno debe ser universal. Más allá de las particularidades de cada país, hoy en día ya no se puede negar que el fenómeno terrorista tiene una base única, más o menos homogénea en sus componentes elementales. Y eso es lo que hay que combatir.
En una línea de tiempo que comienza en 1992 en Buenos Aires y sigue en las Torres Gemelas, Atocha y todo lo vivido en los últimos años ¿Cuál es tu perspectiva sobre este tema?
Es imposible olvidar los atentados de Buenos Aires. Los viví muy de cerca y es algo que me afectó en su momento y hoy en
día me sigue afectando. Yo creo que en la actualidad es indudable que la ideología básica detrás de los atentados en Buenos Aires era la misma de aquella que promovió los atentados en Nueva York, Londres, Madrid, París y en Israel. En aquel momento resultaba difícil entender qué une a todos estos fenómenos. Expresiones distintas de organizaciones distintas, con reivindicaciones políticas diferentes. Pero creo que, después de lo vivido todos estos años, ya se puede entender y percibir de forma clara la ideología común e los integristas islámicos.
Sin embargo, hay que distinguirlos claramente de la mayoría de la población musulmana en todo el mundo. Aquí no se trata de acusar a todos los musulmanes de terroristas, de ninguna manera. Los integristas tienen una ideología común que, más allá de los colores locales, tienen una base compartida que ya no se puede negar como fenómeno global que se debe combatir.
En Argentina se debe combatir buscando justicia y verdad para las víctimas de los dos atentados de Buenos Aires, tal como hay que buscar justicia para las víctimas en París, en Israel o en cualquier otro lugar del mundo. La verdad y la justicia son pilares de esta lucha contra el radicalismo islámico, que hoy en día representa un peligro inmediato en el mundo entero.