Itongadol.- Se exhibió la muestra de arte “Las flores enloquecidas de amor” de Rachel Lebenas, la cual está integrada por 14 pinturas, en la Sociedad Hebraica Argentina. La obra estará expuesta hasta el 27 de mayo en el Café Literario.
Rachel Lebenas es una destacada artista plástica judeoargentina que en 1978 expuso sus obras en la Exposición Internacional de Tel Aviv en forma conjunta con las de Pablo Picasso, Salvador Dalí, Joan Miró y MarcChagall.
Ella es uno de los exponentes más representativos de la pintura argentina contemporánea, que ha realizado muestras individuales en Francia, Estados Unidos, Rusia, Holanda, Bélgica, Austria, España, Italia, Corea, México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador, además de las que anualmente efectúa en diversas galerías de la Argentina, donde ha realizado una importante muestra retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta hace poco más de un año y recientemente hizo lo propio en el espacio de arte de la AMIA.
Aldo Galli, afamado crítico de arte, opinó: “Las obras de Rachel Lebenas tienen un clima ensoñador, que por momentos evoca las manifestaciones oníricas del surrealismo, envuelve sus trabajos con espontaneidad, soltura y automatismo”.
Durante la inauguración de la muestra, el director de Cultura de Hebraica, Gerardo Mazur manifestó que para la institución es un honor y un placer presentar las obras de Rachel Lebenas.
Por su parte, el embajador Jorge Lapsenson, que fue el propulsor que Rachel expusiera en Corea, cuando representaba allí a la Argentina, sostuvo que Lebenas “es una excelente artista argentina que enorgullece al país y a la comunidad judía, que ha expuesto en gran parte de los países del mundo”, a la vez que recordó que “cuando expuso por primera vez en Seúl, tenía la inquietud de cómo sería la reacción del público coreano, y el éxito fue tal, pues las obras de Rachel llegan al alma, que cinco años después volvió a exponer en la capital coreana”.
Por su parte Lebenas, sumamente emocionada, agradeció a Hebraica y a los presentes, en especial a los embajadores Lapsenson, y Elsa Kelly, que la llevó a Italia cuando era embajadora argentina en ese país, y dijo: “En mi obra nada se repite, pues el proceso de creación es algo maravilloso”.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias expresó: “La vida misma es un acto divino y plasmado en el arte es sentir que me incitan a seguir agradeciendo a la vida; pues cuando uno tiene fe puede sumarse a la belleza y disfrutar de la vida agradeciéndole el amor, el colorido y la posibilidad de compartir”.