Lo increíble es bueno aprender a hacerlo creíble. El asesor principal de la campaña política del PRO hizo hace pocos días declaraciones a una periodista de la revista Noticias.
Dijo, en otras expresiones, Jaime Durán Barba:
“…los líderes son seres humanos. Hay un retroceso en unos pocos países que pretenden tener dioses y la cosa sale bastante ridícula. Por ejemplo, Chávez. Es un retroceso a la época en que los presidentes eran dioses y resulta muy incómodo un presidente así…”
Periodista: “Pero Chávez tuvo un nivel de aprobación altísimo.”
Durán Barba: “Sí, como Hitler. Tuvo un nivel de aprobación y no significa que fue un gran gobierno. Hitler tuvo un nivel de aprobación mayor que la de Chávez. 90 por ciento.”
Periodista: “No son comparables”
Durán Barba: “¡NO! ¡HITLER ERA UN TIPO ESPECTACULAR! ¡ERA MUY IMPORTANTE EN EL MUNDO!”
Primero, nuestra perplejidad.
Lo inaudito necesita el repudio más expresivo. Pero, de manera alguna tenemos que quedarnos solo en el repudio. Las ideas de Hitler no han muerto. El maldito antisemitismo tiene vigencia y desarrolla constantemente nuevas formas de manifestarse. Sobre todo en la disponibilidad de las pantallas, infectadas de antisemitismo y otras discriminaciones. Como judíos, como socios de Hebraica, como dirigentes, como profesionales, como personas integrantes del género humano, resulta imprescindible reaccionar visceral y didácticamente. Comunicar por todos los medios posibles nuestro repudio. No solo con diatribas, sino en la defensa explicita de nuestros valores milenarios: Todos somos iguales por pertenecer a una sola raza: la humana. Para cada uno, distinto al otro, irrepetible, la vida es sagrada.
El antisemitismo de este engendro llamado Durán Barba puede llegar a ser epidémico. Combatirlo es un mandato que debemos asumir todos juntos. Sin especulaciones políticas. Así pensamos en Hebraica. Así queremos representar a todos nuestros socios.
Pablo Diuk Wasser Sergio Kuchevasky Oscar Olender
Secretario General Director Ejecutivo Presidente