Recientemente, la preocupación sobre la aparición de una pandemia de este tipo despertó cuando una nueva y mortal cepa de influenza (H7N9) fue descubierta en China, causando la muerte de seis personas en un solo mes.
El sistema inmune del cuerpo puede combatir una infección de gripe. Anticuerpos naturales, las “células asesinas” (NK en inglés, natural killer), que son un componente esencial de este sistema, pueden reconocer y eliminar células infectadas con el virus de la gripe e inhibir el esparcimiento de los virus en el sistema respiratorio.
Pero, el estudiante de Ph.D. Yotam Bar-On, Ofer Mandelboim y el Dr. Edward Crown, profesor de Inmunología General y de Tumores del Instituto para la Investigación Médica Israel-Canada (IMRIC) de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea, han revelado en un artículo publicado en Cell Reports, que el virus de la influenza puede escapar de la actividad de las “células asesinas”, permitiéndoles propagarse en el sistema respiratorio.
Ellos demuestran que esto puede ser logrado por el mismo virus de la influenza utilizando la actividad enzimática de la proteína neuraminidasa para neutralizar los receptores de las “células asesinas” que son responsables de detectar las células infectadas con el virus. Esto, en efecto, neutraliza la capacidad de las “células asesinas” para cumplir su deber designado de aniquilar a la gripe.
Con la ayuda de la proteína neuraminidasa, el virus de la influenza es libre de salir de la célula infectada, permitiéndole infectar nuevas células vecinas y esparcirse en el sistema respiratorio. Las drogas antigripales fueron desarrolladas para inhibir esta propagación del virus al inhibir la actividad de la enzima neuraminidasa. Pero, tal como con otras drogas contra la influenza del pasado, los virus de la gripe saben cómo imponerse. El uso extensivo de inhibidores de neuraminidasa ha provocado la emergencia de nuevas cepas de influenza, resistentes al medicamento.
Por ejemplo, durante la propagación de la pandemia de gripe porcina en 2009, la Agencia de Protección a la Salud del Reino Unido registró que el 99% de los virus analizados fueron resistentes a estos inhibidores. Se comprobó que el virus era capaz de cambiar la estructura de la neuraminidasa de tal forma que no pueda unirse a la proteína y, de este modo, el efecto inhibitorio deseado se pierde.
Pero, pese a ello, Bar-On y Mandelboim han demostrado que este tipo de droga de amplio uso tiene el efecto de estimular la actividad de las células “asesinas”, permitiéndoles mejorar en la eliminación del virus de la influencia. Ellos enfatizan, así, que los esfuerzos deberían ser concentrados en desarrollar nuevas drogas más efectivas que mantengan y aumenten la actividad de las células NK y asimismo llevar a una eliminación más efectiva del virus de la influenza y a recuperarse mejor de esta infección sin la susceptibilidad a los cambios en la estructura proteica de la neuraminidasa que ha llevado todo esto a cabo mutando los virus de la gripe.
La Universidad agradece la colaboración para la traducción de esta nota a Carlos Reyes Barría de la Asociación Consultiva de la UHJ en Chile
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