La delegación de la Unión Europea en Israel desmintió ayer, jueves, que vaya a boicotear al Estado judío o los productos de las comunidades de la Margen Occidental como una muestra de descontento con su reciente decisión de construir 3.000 nuevas viviendas más allá de la Línea Verde e impulsar la planificación urbanística del área E1 en la periferia de su capital, Jerusalem, como publicó la prensa israelí.
“La Unión Europea continúa oponiéndose a los boicots”, excepto en situaciones extremas, como las de Irán y Siria, aclaró un vocero de esa legación.
De todos modos, es probable que en la reunión ministerial del lunes se debata acelerar el proceso de etiquetado de productos procedentes de las comunidades de la Margen Occidental, un tema ya abordado el mes pasado con representantes de Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca y de algunas organizaciones no gubernamentales, incluidas aquellas que impulsan el boicot y la desinversión en Israel.
De esa reunión surgió que la cuestión es extremadamente compleja, ya que involucra a varios ministerios y requieren normas particulares para cada tipo de producto, de modo que es probable que no se adopte una acción unificada en el bloque.
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