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Operación “Pilar de Defensa”. Opinión: ¿Quién ganó?

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Comprensiblemente muchos israelíes están insatisfechos con los resultados de la operación “Pilar de Defensa”. Tal como ocurrió en enfrentamientos previos con Hamas y las otras organizaciones terroristas que operan en la Franja de Gaza, no hubo una clara victoria israelí. El documento oficial de cese del fuego -que permanece sin firmarse- es opaco.
Nada hay en él, por ejemplo, que obligue a Hamas, como gobierno de facto en Gaza, a mantener la calma. Teóricamente, Hamas no tendría responsabilidad si alguna de las organizaciones terroristas más pequeñas -la Yihad Islámica respaldada por Irán, los salafistas, los Comités de Resistencia Popular y otros- fuera a lanzar un ataque misilístico contra Israel.
Y tal como señaló el jueves el alcalde de Ashdod, Yehiel Lasri, Hamas ganó un cierto nivel de legitimidad al negociar un acuerdo de alto el fuego en un marco internacional.
Sin embargo, es importante no perder de vista los muchos acontecimientos positivos que han salido a la luz a raíz de la operación “Pilar de Defensa”.
La puesta en marcha de la operación planteaba la primera prueba seria de los efectos de las revueltas árabes, e Israel parece haber aprobado el examen. Ante la decisión de lanzar la operación “Pilar de Defensa” había una verdadera preocupación acerca de si la capacidad de la FDI (NdR: Fuerza de Defensa de Israel) para organizar grandes operaciones militares se vería contenida a raíz de las revueltas árabes.
Sin embargo, hubo sorprendentemente poca movilización popular en el mundo árabe y musulmán contra Israel por defenderse de la agresión de Hamas. Es cierto que hubo pequeñas y relativamente contenidas manifestaciones en Turquía, Túnez, Malasia, Yemen y otros países. Incluso en El Cairo, donde la gobernante Hermandad Musulmana hizo un esfuerzo para movilizar a la población, las manifestaciones lograron atraer a no más de unos pocos miles.
En todo caso, Egipto resultó ser una potencia regional responsable, que jugó un papel decisivo en el logro de un rápido fin del conflicto. Es cierto que el presidente Mohamad Morsi amenazó a Israel en los primeros días de la operación, declarando que “Egipto es diferente al de ayer”, pero la retórica ardiente no se tradujo en hechos. El líder de la Hermandad Musulmana hasta ahora no ha cambiado las principales posiciones de política exterior emprendidas por Hosni Mubarak.
Significativamente, El Cairo, que también tiene interés en desmilitarizar la Franja de Gaza, habría asumido la responsabilidad de prevenir el contrabando de armas a través de la Ruta Philadelphi. El tiempo dirá si Egipto cumplirá realmente su promesa. Además, el inequívoco apoyo del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al derecho de Israel a defenderse le proporcionó al primer ministro Benjamín Netanyahu una oportunidad para reajustar sus a veces tensas relaciones con el comandante en jefe estadounidense.
Particularmente alentador fue el fuerte apoyo a Israel procedente de Europa. Durante su visita a Jerusalem, el ministro del Exterior alemán, Guido Westerwelle, en nombre de toda la Unión Eueopea, depositó la culpa por el conflicto directamente sobre los hombros de Hamas y apoyó el derecho de Israel a hacer lo que fuera necesario para defender a sus ciudadanos.
La capacidad de resistencia de los habitantes del Sur fue verdaderamente inspiradora. Los israelíes de Beer Sheba, Ashdod, Ashkelon, Sderot y otras comunidades que sufrieron la andanada de misiles y proyectiles de mortero no cedieron a la intimidación y las tácticas atemorizantes de Hamas y las otras organizaciones terroristas asesinas. Los residentes del Sur apoyaron fuertemente la decisión del gobierno de poner en marcha la operación “Pilar de Defensa”, a pesar de que dio lugar a un fuerte aumento en la cantidad de misiles y proyectiles de mortero disparados contra sus comunidades.
El coraje de los residentes del Sur fue reforzado por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro. Con un índice de éxito de casi el 90 por ciento, Cúpula de Hierro les proporcionó una protección crucial a los israelíes, mientras la FDI tenía un margen vital para atacar cuidadosamente y con precisión a terroristas y arsenales.
A pesar de todas sus guturales declaraciones de victoria sobre la “entidad sionista” (en la foto, gazatíes celebran el alto el fuego), Hamas y las otras organizaciones terroristas resultaron heridas de gravedad por la última ronda de enfrentamientos.
En las próximas semanas, la población de la Gaza controlada por Hamas lidiará con el tremendo precio que ha tenido que pagar porque sus líderes han elegido el camino del terrorismo. Sin duda fue restaurada una cierta disuasión.
Si bien la operación “Pilar de Defensa” pudo no haber logrado una clara victoria sobre los terroristas de Gaza y tarde o temprano habrá una nueva ronda de violencia -al menos mientras Hamas tenga el control-, deberíamos envalentonarnos por los muchos acontecimientos positivos que emergieron en los últimos ocho días.

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