Tras 6 años, David Sujarchuk dejó la presidencia de la escuela Scholem Aleijem “satisfecho y con ganas de colaborar” con quienes continúan su labor.
“Es fuerte terminar un ciclo”, confesó a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“En 1998 ingresé al shule como vocal, pasamos las grandes crisis, trabajé cuatro años como secretario de Raúl Stolarza y en 2006 comencé como presidente, con tres gestiones hasta 2012”, recordó Sujarchuk, quien aseguró estar “satisfecho de que un voluntario vuelva a poner al shule en el lugar que, por circunstancias de la vida, había perdido, tanto en la capacidad educativa como en la administración y lo edilicio, y lo más importante: nunca se perdió la ideología”.
“Hace una semana me sucedió Marcelo Kornblau, que era vicepresidente, y esto tiene que ver con el concepto de la no perpetuidad de los dirigentes”, y con él “empezamos a trabajar hace un tiempo, cuando la Comisión Directiva acordó quién iba a ser el próximo presidente”, informó.
“Creo que lo más rescatable de este cambio es la renovación: tenemos no menos de 10 ó 12 personas nuevas en la comisión, jóvenes papás del shule con muchas ganas de trabajar, y los que ya somos comunitariamente más viejitos estamos para darles un lugar y acompañarlos”, prosiguió el ex presidente del Scholem.
“La escuela tiene tres niveles -Jardín, Primaria y Secundaria- y aproximadamente 1.300 alumnos, y es un placer ver cómo crecieron todas las áreas; en estos últimos años, básicamente la secundaria, que tiene unos 300 alumnos, se prestigió y hoy es una opción para cualquier familia judía”, lo cual los pone “muy contentos”, contó.
Respecto a este nivel educativo, Sujarchuk afirmó que “la situación del colegio con ORT va mejorando”, y si bien lo que ésta “decidió respecto de los séptimos (grados) no fue una actitud correcta, si tenés una escuela con identidad y capacidad educativa, siempre va a haber respuesta”.
“Hace muchos años que el secundario tiene entidad propia, y tiene que ver con que marcó cada vez más su perfil de educación humanista muy respetable”, recalcó.
Por otra parte, “trabajamos fuertemente en lo edilicio: hoy por hoy casi que tenemos otra escuela, y nuestro proyecto para 2013 es comenzar con el nuevo Jardín, que es una ampliación del existente en aproximadamente 2.000 metros cuadrados”, aunque si bien “el Jardín tiene aproximadamente 450 alumnos y aspiramos a muchos más, buscamos mejorar fuertemente la calidad educativa”, enfatizó el ex presidente del Scholem.
El presente de Sujarchuk lo encuentra en el marco del Nuevo Modelo Comunitario y en su futuro cercano se encuentran las elecciones en la DAIA, el 5 de noviembre, en las cuales -a su juicio- estará en juego “un modelo de gestión, el del voluntariado”.
“En algún momento teníamos a dos dirigentes con trayectoria indiscutible, Julio Schlosser y Waldo Wolff, trabajando por separado”, pero “hubo un período casi generalizado en que se dijo: ‘Muchachos, no hay tantas diferencias, hay que juntarse’, y creo que lo hicieron con excelente criterio y mucha humildad”, historió.
“Todo este tiempo trabajamos juntos, y a mí me tocó el rol de la sustentabilidad económica y ser el próximo vicepresidente de la Fundación Amigos de DAIA”, se anticipó el ex presidente del Scholem.
Pero “en el último tramo, todos nos llevamos la sorpresa -aunque no tanta porque la comunidad no es tan grande y las cosas se escuchan- de que apareció la lista de Claudio Avruj, y de alguna manera, uno lo vive con tristeza porque los poderes de gestión son totalmente distintos: el tener a Claudio, que es un referente muy importante de un partido político nacional, hace que la situación cambie”, señaló en referencia al PRO, que gobierna la Ciudad de Buenos Aires y en cuya gestión participaba Avruj como secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, ahora de licencia.
Sujarchuk también se refirió al apoyo que la ortodoxia le daría a Avruj, después de haber acompañado a Schlosser al comienzo de la campaña.
“Uno no puede estar en la cabeza de todo el mundo y no se puede encontrar la explicación de por qué” habría cambiado de opinión, sobre todo porque “parte de las bases era que éste es un modelo inclusivo y no exclusivo, y realmente las puertas siempre estuvieron abiertas para que todo el mundo se acerque; en los primeros momentos, cuando el BUR estaba con Julio, éste era el modelo a seguir”, ratificó.
“En lo personal -y charlado con muchísimos presidentes de escuelas- veo con bastante asombro que alguien pretenda involucrar a cualquier partido político en dirigir la DAIA, la representación de los judíos de la Argentina, y desde ese lugar romper con el modelo del voluntariado”, se sinceró el ex presidente del Scholem, quien agregó que “por suerte, la reacción de las instituciones fue muy fuerte y, paradójicamente, a veces llaman para darnos su solidaridad y se corre el velo de cómo son las cosas”.
“Toda esta situación, que cae fuerte y es negativa, como la presencia de un postulante vinculado a un partido nacional -no estoy en contra del PRO, simplemente no corresponde y la famosa frase del ‘conflicto de intereses’ acá está totalmente clara-, se resolverá el 5 de noviembre, y creo que el voluntariado va a seguir trabajando”, aventuró.
Sujarchuk aseveró que “hay instituciones que están molestas, esto va más allá de las elecciones: se están jugando otro tipo de valores, que chocan”.
“Uno quiere contar proyectos y lo que pretendemos de la DAIA -estuve trabajando en eso los últimos 7 meses-, pero realmente este tema siempre se mezcla en la charla”, lamentó.
“Nuestra agrupación no sólo agrupa a la mayoría de las instituciones, sino que venimos trabajando hace más de un año con la experiencia de los que venimos de adentro y la de los que se sumaron, aprendiendo de todo lo bueno que se hizo en la DAIA, que es muchísimo, y para mejorar las cosas que hay que cambiar”, afirmó el actual vocal de la entidad política judeoargentina.
“Creemos que es un modelo netamente pluralista” y que “en esta elección no solamente se están jugando candidatos, sino un modelo de gestión”, finalizó.
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