Un día después de la protesta realizada en las calles del sur de Tel Aviv contra el manejo gubernamental del flujo de inmigrantes africanos en Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que el problema de la inmigración ilegal debe ser detenido.
Durante un encuentro con niños del valle del Jordán, en su oficina en Tel Aviv, Netanyahu dijo que la construcción del muro en la frontera con Egipto se completará dentro de varios meses y confirmó que Israel comenzará a regresar a los infiltrados a sus países de origen.
Netanyahu también respondió a los controvertidos comentarios hechos por tres miembros de la Knesset (Parlamento israelí) que asistieron a la protesta y a los actos de violencia perpetrados por algunos de los manifestantes. “No hay lugar para el tipo de declaraciones y actos que presenciamos ayer”, dijo el jefe de Gobierno, según consignó el portal de noticias Ynet.
"Digo esto a los funcionarios públicos, así también como de los residentes del sur de Tel Aviv, cuyo dolor comprendo, vamos a resolver el problema, y lo haremos de una manera responsable", aseguró el Primer Ministro.
Esta noche cientos de personas se concentraron frente a la residencia del Primer Ministro, en Jerusalem, para protesta por lo que llamaron "el racismo en la Knesset".
Los manifestantes agitaban pancartas que decían "La Kneset es racista, Israel está cayendo a pedazos" y "Stop Racism".
En tanto, unas 200 personas se reunieron en Tel Aviv para protestar contra los hechos de violencia ocurridos ayer miércoles.
"Yo vine aquí porque lo que está sucediendo es pura incitación a la violencia. La gente está siendo alimentada de información falsa sobre los refugiados, que son gente encantadora", dijo Yael Weisbach, un activista de la Levinsky Marak ("Levinsky Soup"), un proyecto que distribuye comidas calientes a los refugiados.
"Nunca me encontré con un acto de violencia o insinuaciones sexuales de su parte. La violenta protesta del miércoles fue como una escena de una película del Holocausto, estamos perdiendo nuestros valores ", dijo.
Uno de los organizadores de la protesta dijo a Ynet que debe encontrarse una solución al problema de la inmigración y los refugiados.
Asimismo consideró que “no puede ser (resuelto) en forma de incitación y violencia contra los ciudadanos, los refugiados e inmigrantes inocente.
El presidente Shimon Peres, también condenó los acontecimientos del miércoles. En una declaración especial, Peres instó a rechazar las expresiones de racismo e incitación.
"La xenofobia va en contra de los fundamentos mismos del judaísmo. Soy muy consciente de las dificultades encontradas por los residentes del sur de Tel Aviv y las duras realidades que deben enfrentar, pero la violencia nunca es la respuesta", transmitió el mandatario en su mensaje.
Peres agregó que el Estado debe encontrar una manera de lidiar con inmigrantes ilegales ", respetando “su dignidad y los derechos humanos".
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