El contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de prisión en Cuba por espionaje, agradeció a una organización judía de Washington por sus actividades para tratar de lograr su liberación.
“Es muy reconfortante saber que no he sido olvidado, me brinda apoyo”, expresó Gross, citado por un comunicado del Consejo Judío de Relaciones Comunitarias (Jcrc, por sus siglas en inglés), que dijo haber recibido el viernes pasado una llamada de media hora del contratista, de 63 años.
El grupo judío llevó adelante diversas actividades, como una vigilia semanal los lunes frente a la sección de intereses cubanos en Washington, para reclamar la liberación de Gross.
El empresario está detenido en Cuba desde diciembre de 2009 cuando entregaba equipos de comunicación a grupos judíos en La Habana.
De acuerdo a lo informado por el Jcrc, Gross dijo haber derramado lágrimas, pero también haber sonreído al recibir cartas de apoyo de estudiantes de una academia judía.
Asimismo, lamentó “la crueldad” hacia su madre enferma, de 90 años, por la falta de respuesta del gobierno cubano a su solicitud de permiso para visitarla en Estados Unidos, aunque dijo que los cubanos le parecían “amigables, creativos y pacientes”.
El Jcrc pidió a La Habana aclarar su oferta de “una solución humanitaria” sobre “una base de reciprocidad” en el caso Gross.
El gobierno de Cuba no ha especificado una propuesta, aunque ya Washington, que exige la liberación inmediata e incondicional de Gross, ha rechazado la posibilidad de un intercambio que involucre a los cinco agentes cubanos procesados por espionaje en Estados Unidos.
El grupo judío afirmó que continuará luchando por la liberación de Gross.
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