«Pese a las cortinas de humo, el gobierno tomó una decisión histórica que es necesario apoyar», declaró el diputado laborista Haim Ramon a la radio, precisando que su partido había decidido retirar su moción de censura contra Sharon.
Además los laboristas, que tienen 21 escaños en la Knesset (120 diputados), resolvieron abstenerse durante la votación, por la tarde, de dos mociones más, presentadas por el partido Shass (religioso ortodoxo sefardí) y el Yahad (izquierda laica) y las formaciones árabes.
La primera de estas mociones fue rechazada por 46 votos contra 31, con 15 abstenciones. La segunda tuvo 41 votos en contra y 26 a favor, con 22 abstenciones.
Antes de la votación de las mociones de censura, Sharon mantuvo una reunión calificada de difícil, según la radio pública, con los diputados de su partido, el Likud, en la Knesset.
Una decena de diputados de su formación dejaron planear la amenaza de votar contra el gobierno, haciendo valer que la decisión del gabinete era contraria a la posición dada a conocer «democráticamente» por el Likud, cuyos miembros rechazaron el plan de retirada de Gaza durante un referéndum el 2 de mayo.
La votación favorable del domingo en el gabinete sólo se consiguió después de sufridas reuniones con los duros del Likud opuestos al plan, y la expulsión de dos ministros de extrema derecha, que a partir de ahora forman parte de la oposición junto a su partido, la Unión Nacional.
Sharon sólo cuenta hoy en día con una mayoría parlamentaria de 62 diputados. Pero en caso de deserción de otro socio de su coalición, el partido Nacional Religioso (PNR, portavoz de los colonos, seis escaños), cuyos dos ministros votaron contra el plan, Sharon sólo dispondría de 56 diputados, cinco menos de lo necesario para continuar teniendo mayoría.