El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió un mensaje a la conducción iraní a través de un canal secreto en el cual expresa que, el cierre del Estrecho de Ormuz, representará el cruce de una “línea roja” y provocará una reacción norteamericana. Así lo informó hoy The New York Times, citando fuentes del gobierno de Obama. Las fuentes se abstuvieron de detallar si se obtuvo respuesta por parte de las autoridades en Teherán. El temor de los norteamericanos aumenta en presencia de las amenazas sobre el cierre del estrecho, vía por la cual pasa el petróleo al mundo. Uno de los acontecimientos que atemoriza a los oficiales del ejército de Estados Unidos, es que oficiales de bajo rango de la Marina iraní puedan bloquearlos por su cuenta y generar una provocación que lleve a un estallido de la crisis.
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El Ministro de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta se refirió, ayer, al tema. En conversación con soldados en Texas dijo que, su país, no soportará una acción de ese tipo por parte de los iraníes. El jefe de las Fuerzas Conjuntas dijo en la semana que, Irán, cuenta con el poder militar de cerrar los estrechos si así lo decide pero, Estados Unidos, actuará a fin de abrir el paso marítimo. “Podremos superarlo”, dijo.
Ayer, el ex jefe del servicio de inteligencia ruso y actual presidente del Consejo de Seguridad nacional, Nicolai Petrosov, afirmó en Rusia su temor que Israel empuje a Estados Unidos a un enfrentamiento militar con Irán. Petrosov, quien se desempeña como uno de los hombres de confianza del Primer Ministro ruso, estimó que “Existe una posibilidad real de que los iraníes logren materializar sus amenazas y bloquear la exportación de petróleo árabe del Golfo Pérsico a través del Estrecho de Ormuz”.
Se informa que, Irán, acepta – por primera vez- debatir acerca de las acusaciones sobre su desarrollo de armas nucleares, después que se negara, durante años, a hacerlo. Así lo informaron dos diplomáticos a la Agencia de Noticias AP. Según las fuentes, el tema se centrará en el foco del debate sobre la vista de los jefes de la Agencia Internacional de Energía Atómica, AIEA a Teherán, el 28 de enero. Hasta el momento no fue difundida la fecha prevista de la visita. Se trata del primer signo de disposición iraní por debatir sobre las acusaciones, tras negarse a hacerlo durante largos años, durante los cuales las rechazó sosteniendo que todo el desarrollo nuclear que se hace en su territorio está destinado a fines pacíficos y a la inspección de la AIEA.