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Los líderes de un panel negociador de la Casa de Estados Unidos y el Senado dijeron ayer que aceptaron comprometer una legislación que imponga nuevas sanciones sobre el banco central de Irán, a pesar de las dudas de la administración de Obama sobre la medida.
Dijeron que esperaban que se apruebe esta semana. Los legisladores, líderes de los comités de servicios armados de ambos partidos políticos, dijeron que habían hecho algunos cambios buscados por la administración. Éstos agregaron cierta flexibilidad al tratamiento de instituciones extranjeras que comercializan con el banco central de Irán, según dijo el senador demócrata Carl Levin.
Él le expresó a los periodistas que el proyecto era probablemente un “96%” igual a la legislación que aprobó el Senado la semana pasada. Ésta penalizará a instituciones financieras extranjeras que hagan negocios con el banco central de Irán, el principal conductor de sus ingresos petroleros.
Pero se hicieron cambios que permitirán la opción de imponer restricciones a tales instituciones financieras extranjeras, en vez de cortarlas enteramente del sistema financiero americano, dijo Levin.
También se cambió una renuncia provisional para facilitar a la administración el permiso de excepciones para países que han buscado cooperar con Estados Unidos en la presión contra Irán, dijeron los legisladores.
Todavía, Levin dijo: “Hemos escrito este lenguaje para que sea duro. Queremos que así lo sea”. Las medidas buscan presionar a Irán para que abandone su programa nuclear. Él dijo que esperaba que el presidente americano, Barack Obama, lo convierta en ley una vez que pase la Casa y el Senado, que se espera que ocurrirá esta semana.
Estados Unidos y sus aliados occidentales han apoyado múltiples rondas de sanciones sobre Irán con el objetivo de persuadirlo para que termine con su trabajo atómico. Washington sospecha que Teherán está usando su programa nuclear civil para desarrollar armas, a pesar de que Irán ha dicho que busca producir electricidad solamente.