Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dicen que no tienen la suficiente cantidad de barcos para proteger las futuras plataformas para nuevos descubrimientos de gas en el Mediterráneo, pero no se sabe quién pagará los costos.
Estos descubrimientos en las costas aumentaron las tensiones con el Líbano, que afirma que algunos de los campos se encuentran en sus aguas territoriales.
La organización terrorista Hezbollá, quienes dominan el actual gobierno del Líbano, y los controles de la parte sur del país, amenazó con atacar intereses israelíes y sus reservas de gas natural.
Por otra parte Turquía, en medio de la crisis en las relaciones entre Jerusalem y Anarka, también tomó una postura agresiva y comenzó a realizar reclamos en aguas chipriotas que se encuentran cerca de Israel.
Para contrarrestar estas amenazas potenciales, el gobierno de Israel está considerando la asignación de 100 millones de dólares para la compra de nuevos buques de guerra con el objetivo de reforzar su capacidad de proteger sus intereses económicos.
En la actualidad, aparte de su flotilla de submarinos de clase Dolphin, que son capaces de utilizarse en operaciones de largo alcance, la Marina de Israel está compuesta por barcos de patrulla y cruceros de clase Sarre cuya tarea es la de proteger sus aguas territoriales.
A su vez, en julio, el gabinete israelí aprobó la delimitación marítima del norte de Israel en base al acuerdo pre existente de las Naciones Unidas aprobada entre Beirut y Nicosia, que establece los derechos económicos en territorios de ultramar para las dos naciones.
Al mismo tiempo, las autoridades libanesas, que no tienen relaciones formales con Israel, no han manifestado interés en llevar a cabo las negociaciones necesarias para ajustar el acuerdo. Al contrario, insisten en que Israel está invadiendo sus derechos.
En base a esto, funcionarios israelíes de seguridad están preocupados por al amenaza de Hezbollá y Hamás que tratan de atacar los equipos de gas de Israel en barcos cargados de explosivos, o con misiles anti buques.
Otra advertencia fue realizada por Irán que también anunció recientemente planes para desplegar buques de guerra en el Mediterráneo.
Pero mientras que la marina de Israel es tradicionalmente responsable de la defensa de la costa de Israel, no está preparada para la protección del mar basado en los recursos naturales y en aguas internacionales.
Los funcionarios navales aseguran que necesitan más barcos y plataformas propias, para proteger los intereses económicos de Israel. Sin embargo, los buques de guerra no son baratos. A tal fin, los funcionarios israelíes están considerando un plan para que las empresas que recibirán los beneficios de las plataformas de gas del futuro suscriban parte de la adquisición para los buques.
Además, algunos funcionarios del gobierno de Israel ya plantearon la posibilidad de contratar a contratistas privados de seguridad para proteger los campos, pero el plan fue rechazado por el Ministerio de Defensa.
El plan en cuestión puede resultar en una expansión de la marina israelí, pero algunos observadores se preguntan qué tan independiente y soberana puede ser una marina de guerra, cuyo presupuesto incluye donaciones privadas.
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