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Ashkelon. La estatua que surgió de la lluvia

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La espectacular tormenta de los últimos días en Israel ha dejado varios heridos, enormes daños materiales y algo más. Si en Tel Aviv, por ejemplo, tumbó 130 árboles, en la sureña ciudad costera de Ashkelon ha provocado importantes desperfectos y un valioso hallazgo.

Al mal tiempo, buena cara. Y al día siguiente de la tormenta una monumental sorpresa ha amanecido en un acantilado de Ashkelon. Para delicia de los arqueólogos y amantes de los misterios, se ha descubierto una estatua femenina romana de un metro y 20 centímetros de altura y 200 kilos de peso. Una mujer tan impresionante como anciana ya que se calcula que tiene entre 1.650 y 1.800 años. Si no fuera porque le falta una cabeza y una mano, se diría que se conserva muy bien para su edad. De mármol y colocada seguramente en una casa de baños, viste una toga y está esculpida de tal forma que aún se aprecian perfectamente sus sandalias y pechos.

Al hacerse público el hallazgo de la estatua romana y otros tesoros arqueológicos escupidos por el acantilado, Ashkelon se ha llenado de expertos y arqueólogos, ansiosos por ver a la musa de cerca. Poco después de ser descubierta por la ira puntual de la naturaleza y retratada por la necesidad permanente de los fotógrafos, la estatua blanca ha ido a parar al departamento de tesoros nacionales de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

"El mar nos ha dado una increíble y bella estatua sin cabeza y partes de una mano. Probablemente fue importada de Italia, Grecia o Asia Menor y quizás sea una representación de la diosa Afrodita", explica el arqueólogo jefe de la zona de Ashkelon, Yigal Israel, que indicó a los medios locales que la figura fue descubierta por un transeúnte que avisó a las autoridades. El Ayuntamiento se puso manos a la obra, nunca mejor dicho, y rescató a la mujer de las amenazantes olas del Mediterráneo. Según él, "la estatua cayó al precipicio desde una altura de 10 metros cuando se derrumbó el acantilado, pero sorprendentemente no sufrió daños. Estimamos que la cabeza y la mano perdidas ya le faltaban incluso desde la época romana".

Pero a primera vista los daños se pueden considerar un desastre nacional. La tormenta no tuvo piedad con todos. Secciones de un mosaico de colores se arruinaron y muchos fragmentos fueron arrastradas por el agua. "Debajo de la zona donde se construyó el paseo marítimo, se encuentran muchas pruebas arqueológicas que podrían arrojar luz sobre diferentes épocas históricas. Desde el lunes, estamos aquí para básicamente lamentarnos de que algunas han desaparecido por completo", comenta el arqueólogo Cobi Sharbit que espera "rescatar lo que se pueda en los próximos dias".

Se suele decir que si remueves un poco en Tierra Santa, descubres una piedra de la época del rey David. A partir de ahora se tendrá que añadir que a cada gran tormenta le espera su estatua romana, ilesa, orgullosa y con sandalias incluidas.

 

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