Por Eduardo Alberto Chernizki.- Tal como comentamos en una nota anterior, al haberse establecido oficialmente la fecha de las próximas elecciones de la AMIA, domingo 10 de abril de 2011, los factores ideológicos y las agrupaciones que participan de la política interna de la institución comunitaria intensificaron sus contactos y algunas ya comenzaron a realizar acciones destinadas a comunicarse con los asociados.
Tanto Plural JAI como un sector de Avodá, identificado con Mario Sobol, comenzaron a desarrollar campañas de telemarketing, llamados telefónicos, que tienen un común denominador: no llaman a votar por una determinada lista o candidato sino solamente a concurrir a que los asociados de la AMIA concurran a votar.
Este tipo de accionar a casi seis meses del acto comicial tiene una sola justificación a nuestra manera de ver, que ambos sectores están convencidos de que la única manera de poder vencer al Bloque Unido Religioso es mediante una masiva concurrencia a votar por parte de los asociados.
Pero a la vez se de esa justificación se puede deducir otra intención, que están planteando una polarización entre la ortodoxia y quienes no lo son.
¿Por qué decimos esto? Debido a que la comunidad judía de la Argentina, y por lo tanto la AMIA, es mayoritariamente no raigal (ortodoxa) y es válido suponer que si concurre a votar el 10 de abril venidero no lo hará por la lista raigal sino por alguna que no lo sea.
Esta presunción es la tienen gran mayoría de quienes, inmersos en la vida política interna de la AMIA, consideran que la mutual no debería seguir siendo presidida por un judío raigal como ocurre en la actualidad y si por un dirigente que sostenga la necesidad de que el rabinato de la institución sea “pluralista”, que se acepten las conversiones que realizan los rabinos liberales (conservadores y reformistas), por mencionar sólo dos ejemplos que separan a ambos grupos.
Pero también esos “analistas” están convencidos de que para que esto pueda ocurrir el sector raigal debe unirse y presentar una sola lista electoral.
¿Es esto posible? Es un interrogante válido, por lo menos para estos momentos y es muy difícil aventurar una respuesta por dos motivos. El primero conformar una lista con esas características obligaría a más de un dirigente a dejar de lado sus aspiraciones. El segundo las diferencias existentes entre los principales dirigentes, surgidas en los últimos años y que generaron el desgajamiento de más de un factor ideológico tradicional.
Esto no quiere decir que consideramos imposible que finalmente se reconforme una única lista no raigal, sino que al momento de escribirse este comentario queda mucho por conversar entre los principales referentes de cada uno de los factores ideológicos y las agrupaciones.
También hay que tener en cuenta lo que puede ocurrir con los asociados identificados con el judaísmo raigal (ortodoxo). Por un lado sería lógico que sufrieran el desgaste de haber estado presidiendo la AMIA, y que esto le restara votos pues es sabido que algunos opinan que no avanzaron lo suficiente con las modificaciones que ellos pretendían cuando los votaron. Pero por otro, el sólo hecho de que se produzca una polarización puede hacer que se dejen de lado esos resquemores y todos sus lideres vuelvan a unirse y apoyen la lista del Bloque Unido Religioso, como lo hicieron en el 2008.
Otra posibilidad es que quienes se oponen al Bloque Unido Religiosos no logren conformar una única lista electoral y se presenten dos, pero con un mensaje muy similar y, por lo tanto, los asociados raigales percibirán la existencia de una polarización bicéfala, pero polarización al fin y nuevamente los inducirá a volver a unirse.
Si esto llegará a ocurrir, podría repetirse la situación producida luego de la elección de abril del 2008, en donde primo la tradición y la presidencia la obtuvo la primera minoría, negociando con las restantes minorías.
Otra cosa que puede llegar a ocurrir que asociados no raigales consideren que lo realizado por los hombres del Bloque Unido Religioso no ha sido negativo y que incentivados por las campañas de telemarketing decidan concurrir a votar y lo hagan por esa lista. Esto puede parecer una utopía, pero como existe el llamado “voto castigo” a quienes están en el poder, también puede producirse una situación inversa.