De acuerdo con las fuentes citadas por el diario, Sharon abandonó la reunión celebrada la semana pasada con Publicidad
la convición de que su meta puede alcanzarse. Al encuentro asistieron el ministro de Finanzas, Benjamin Netanyahu; el ministro de Absorción, Tzipi Livni, y los directores de la Agencia Judía y el Consejo de Seguridad Nacional.
Los representantes de la Agencia Judía indicaron durante el encuentro que en las perspectivas más optimistas la inmigración podría aumentarse para 2010 a 70.000 personas al año –20.00 de la antigua Unión Soviética, 20.000 de Francia y 15.000 de Estados Unidos–. Según ellos, el objetivo de un millón de inmigrantes requeriría unos 400.000 judíos procedentes de América del Norte y otros 200.000 del antiguo bloque soviético.
Sin embargo, según el diario, la inmigración a Israel se ha venido reduciendo progresivamente en los últimos años. De hecho en 2003 sólo llegaron 24.434 personas, el nivel más bajo desde 1989. Además, en lo que va de año sólo han llegado 2.650 personas lo que representa un descenso del 30 por ciento comparado con el mismo periodo el año pasado.
Así, la mejora de la situación económica en Rusia y Ucrania ha hecho modificar la tendencia, y ahora son más los israelíes que se van a estos países que los que llegan a Israel procedentes de ellos. Lo mismo ocurre en Argentina, donde el flujo de inmigrantes se ha reducido ante la salida de la crisis.
Por ello, para alcanzar el objetivo de Sharon, los asistentes al encuentro consultados por el diario consideran que serán necesarios «cambios políticos drásticos para alentar la inmigración» pasando el centro de atención de los países en vías de desarrollo a los países occidentales. Esto es lo que la Agencia Judía considera «inmigración por elección».