Peres llegó esta mañana a la capital egipcia al frente de una delegación de cuatro dirigentes de su partido para discutir con Mubarak la forma en que Egipto podría contribuir a poner fin a los casi tres años y medio de ininterrumpida violencia con el objeto de que palestinos e israelíes reanuden las negociaciones de paz.
Tras el encuentro, el líder israelí calificó sus conversaciones con el mandatario egipcio como «muy constructivas y fructíferas», y dijo que el Ejercito de su país está dispuesto a replegarse de la franja de Gaza, como paso previo al abandono de Cisjordania.
«Queremos que nuestro Ejército se retire de Gaza para entregarla a los palestinos. Este asunto (del repliegue israelí) no debe terminar ahí, sino ampliarse a Cisjordania», recalcó el veterano dirigente político israelí.
Peres recordó que el Gobierno israelí ha expresado su voluntad de desmantelar los asentamientos judíos de Gaza, lo que confirma su seriedad respecto a la retirada de sus tropas, y apuntó que «Egipto tiene un papel que desempeñar en este asunto».
Sin embargo, el dirigente israelí no especificó la naturaleza de la participación egipcia al respecto.
Por su parte, Mubarak rechazó, en declaraciones publicadas hoy por la prensa local, que Gaza vuelva a ser administrada por Egipto, tal como hasta 1967, cuando fue ocupada por el Ejercito israelí.
El jefe de Estado egipcio insistió que él deseaba un Estado palestino independiente.
Respecto al muro que Israel está construyendo para aislar Cisjordania, Peres dijo que éste es necesario para impedir que los militantes palestinos entren en Israel para perpetrar atentados.
Subrayó, no obstante, que su actual trazado no es correcto y que dicha valla debería ser erigida a lo largo de la línea verde que separa Israel de Cisjordania.
«El problema no es el muro en sí mismo, sino el lugar donde éste debería construirse. El primer ministro israelí, Ariel Sharón, está estudiando actualmente la posibilidad de cambiar el trayecto de esa muralla», concluyó. EFE nq-aj/vh
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