Si los ultranacionalistas se van del Gobierno, «no dudaré en formar uno nuevo, pero no les permitiré que me impidan conducir al país», dijo hoy martes el primer ministro al diario Yediot Ajronot.
A este respecto, la jefe del bloque laborista, Dalia Itzik, señaló que, «si Sharón -que hasta ahora no evacuó ni un asentamiento a pesar de muchas promesas- fuese adelante con el desmantelamiento de los de Gaza, no podremos explicar por qué seguimos en la oposición».
La nueva alianza, en caso de concretarse, también tendría que afrontar la grave recesión económica que padece Israel, debido al enfrentamiento de más de tres años con los palestinos.
El veterano estadista Simón Peres, que propuso reiteradamente a Sharón la retirada de Gaza en el pasado, será elegido esta tarde para seguir como presidente provisional del Partido Liberal, lo que hace pensar en medios parlamentarios de una posible unión entre ambos.
El anunció sobre la evacuación, prevista esta mañana para junio o julio por el viceprimer ministro, Ehud Olmert, fue hecho ayer por Sharón bajo el repudio de los partidos ultranacionalistas de su coalición y en medio del peligro de ser sometido a un juicio por corrupción, sobre lo cual será interrogado el próximo jueves.
Las declaraciones de Sharón a sus correligionarios y a la prensa estremecieron a la opinión pública.
Según un sondeo independiente hecho anoche y difundido esta mañana, el 59 por ciento de los israelíes está a favor de la evacuación total de Gaza, mientras que el 34 por ciento se opone.
El anuncio, considerado «una bomba política» para «desviar la atención del juicio a que puede quedar sometido», según el diputado oficialista Tzvi Hendel del Partido de la Unidad Nacional, fue recibido escépticamente por los palestinos y los pacifistas judíos.
El líder del Partido Nacional Religioso (Mafdal), Rafi Eitam, al igual que Hendel reside en un asentamiento, declaró hoy que «nosotros no seremos de la partida si Sharón, realmente, ordena la evacuación.
Por parte palestina el portavoz del presidente Yaser Arafat, Nabil Abu Rudeina, estimó hoy que «lo que debe hacer (Sharón) es desmantelar todos los asentamientos y también el muro Israel está levantando en tierras palestinas» de Cisjordania.
El plan unilateral de la «de desconexión» -para el cual busca Sharón el apoyo de los Estados Unidos- también prevé el trazado de una «línea de seguridad» a lo largo de Cisjordania.
A esa línea, que quedaría como una frontera provisional «hasta que se reanuden las negociaciones de paz», se retirará el Ejército israelí.
El director de la oficina del primer ministro israelí, Dov Weisglas, tiene previsto viajar en los próximos días Washington para explicar el plan de Sharón al Gobierno de George W. Bush, quien está detrás del programa del Cuarteto de Madrid, la «Hoja de ruta» que tendrían que seguir israelíes y palestinos para conseguir la paz.
La «Hoja de ruta», cuyo «certificado de defunción» selló Sharón con su «plan de desconexión», según los analistas israelíes, fue aceptada en junio del año pasado por las dos partes pero, después de varias interrupciones, se encuentra estancada.
Sharón explicará su plan unilateral en Washington a finales de este mes. Si incluye la admisión de «un Estado palestino al lado de Israel» en los territorios evacuados, según la «visión de paz» del presidente Bush, puede también -dicen fuentes del Gobierno- conseguir el apoyo de EEUU a pesar de la «Hoja de ruta».
Esa «visión», que Bush explicó hace dos años en la Casa Blanca para poner fin al sangriento conflicto palestino-israelí, fue la que inspiró el plan de paz propuesto a las dos partes por EEUU, la ONU, la Unión Europea (UE) y Rusia, el cuarteto de Madrid. EFE ez/msr
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