Un oficial del ejército libanés declaró que el blanco de los ataques aéreos eran bases de Hezbolá (Partido de Dios) ubicadas en el Valle Bekaa, cercano a Siria.
Estos son los primeros brotes de violencia en la frontera en los últimos dos meses.
El corresponsal de la BBC en Jerusalén, David Chazan, señala que los intercambios violentos amenazan con aumentar la tensión entre Israel y Siria -pues Israel acusa a Siria de usar a Hezbolá como un ejército sustituto en su contra, un cargo que Damasco rechaza.
Frontera «violada»
Pocas horas antes de la incursión aérea, Israel admitió que el soldado que murió el lunes se encontraba unos metros dentro del territorio libanés en el momento del ataque.
El ataque de Hezbollah del lunes provocó la incursión aérea del martes.
Otro soldado resultó herido en el mismo incidente, que el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, calificó de «extremadamente grave».
Portavoces militares de Israel alegaron que la excavadora militar operaba en la zona fronteriza en el desmantelamiento de una serie de explosivos colocados por Hezbolá.
Los voceros informaron el hallazgo de tres campos de explosivos en la frontera el 5 de noviembre pasado, el 9 de diciembre y este último el 4 enero.
Acusaciones contra Siria
La frontera entre Líbano e Israel ha sido el escenario de enfrentamientos violentos intermitentes desde que las tropas israelíes se retiraron del sur libanés en mayo de 2000.
El ministro de Defensa israelí calificó el ataque del lunes contra los soldados como una «provocación intencional de parte de Siria y Hezbolá» y advirtió que «quien quiera que dirigió este ataque será considerado como el responsable».
Horas antes de la incursión aérea en el sur del Líbano, altos oficiales de seguridad israelí se reunieron para decidir cómo responder a la ofensiva y -según informa la agencia de noticias AP- decidieron no atacar a Siria en esta ocasión para evitar que la situación empeore.