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El término Rosh Hashaná, "comienzo del año" es rabínico, al igual que los temas reverenciales de la festividad: arrepentimiento, preparación para el día del juicio Divino, y oración para un año fructífero. Esta festividad de dos días cae el 1-2 de tishrei, generalmente en el mes de septiembre del calendario gregoriano y comienza al ponerse el sol en la víspera, como todas las festividades judías. Las principales costumbres de Rosh Hashaná incluyen el toque del shofar en la mitad de un prolongado servicio religioso que se centra en los temas de la fiesta y elaboradas comidas en el hogar para celebrar el nuevo año. Las plegarias de la liturgia aumentan con raciones de arrepentimiento.
La comunidad judía argentina, una de las más importantes del mundo, se prepara para recibir el nuevo año judío. En Buenos Aires, Capital Federal, son cientos los templos, algunos más conservadores y otros más ortodoxos, que abrirán sus puertas para celebrar el año nuevo.
Según una encuesta de la Agencia Judía de Noticias, los templos confirmaron que hay un aumento de un15 porciento en las personas que asistirán a los servicios de las Altas Fiestas, que incluyen Rosh Hashaná y Iom Kipur (día del perdón). Esto se deduce de las reservas anticipadas que las familias judías han realizado en los templos de los barrios de Once, Villa Crespo, Palermo, Flores, Floresta, Belgrano y Paternal.
Un servicio religioso típico de Buenos Aires es el del barrio Once, el de Natan Gesang. Allí se estima que 700 personas asistirán al templo para el período de Rosh Hashaná, a diferencia de las 250 personas que asisten a los servicios regulares. Desde la comunidad aseguraron que “el número de personas que recibiremos creció respecto del año pasado, que casi no llegaba a 600”. En temas de seguridad, Natan Gesang contará con la asistencia de un mayor número de efectivos de policía y de Bitajon (seguridad comunitaria).
La Comunidad Bet El del barrio de Belgrano es una que congrega miles de personas durante el período de fiestas. Lo que es más, se puede asegurar que Bet El recibe a alrededor de 5 mil personas en su templo durante las Altas Fiestas. El rabino Daniel Goldman de Bet El indicó a esta agencia que “esperamos que todas las almas puedan encontrar cobijo en nuestros templos y que las expresiones de todo el pueblo judío puedan llegar a los oídos de Dios”.
También para el período de Altas Fiestas, el presidente del Hogar Le Dor Va Dor, Jorge Fainzaig, contó a AJN que por primera vez, el hogar llevará a cabo para Rosh Hashaná y Iom Kipur, dos ceremonias simultáneas: una ortodoxa y una conservadora. Además indicó sentirse optimista en relación a la concurrencia de familias a los servicios.
Belgrano también es casa de la comunidad Benei Tikva, a la que se espera que asistan 2 mil personas durante las Altas Fiestas, a diferencia de las mil que asisten a los servicios regulares. En diálogo con AJN y consultado por cuestiones de seguridad, el rabino de la comunidad, Abraham Skorka, destacó que “siempre redoblamos nuestros esfuerzos en materia de seguridad en momentos de fiesta”.
Por otro lado, la comunidad NCI Emanu El, espera la asistencia de un 15 por ciento más de personas que el año pasado. Dada la gran cantidad de familias que integran la comunidad, desde hace 7 años, NCI Emanu El realiza dos servicios: uno en el templo de la calle Arcos y otro en Parque Norte. “Se espera concurrencia de un 15 por ciento mayor a la del año pasado, en la que participaron, en los dos servicios, 3500 personas”, aseguró Mario Ruschin, presidente de la comunidad.
NCI Emanu El recibe también a las familias de la escuela Arlene Fern, que asisten al servicio de Parque Norte. Consultado por las precauciones en temas de seguridad, Ruschin destacó que “todos los que ingresan lo hacen con una tarjeta de acceso, que es obligatoria y que se retira con anticipación. Aparte de eso, nuestros recaudos son los normales”.
Otro de los emblemáticos templos de la Ciudad de Buenos Aires es el de Murillo, ubicado en el barrio de Villa Crespo, que este año, para aumentar su nivel de seguridad, colocó cámaras de video y sumó personal para reforzar la seguridad. El importante templo judío espera una asistencia de hasta 3 mil personas, a diferencia de los servicios regulares a los que asisten entre 400 y 600 personas, según indicó el presidente de la comunidad, Alberto Michalewicz, a AJN.
Este período también trajo la apertura de dos nuevos templos de Jabad Lubavitch en Buenos Aires, que demuestran que la comunidad judía argentina está en pleno crecimiento: uno en Puerto Madero y el otro en Palermo Nuevo. En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias, Mendi Grunblatt destacó que “estimamos que a los nuevos templos se acerquen alrededor de 100 familias”. En temas de seguridad, aseguró que cuentan con el asesoramiento de Jabad y que al recibir tanta cantidad de gente, se redoblarán los esfuerzos para que los servicios se desarrollen tranquilamente.
En muchos sentidos, Israel comienza su año en Rosh Hashaná. La correspondencia gubernamental, los periódicos y la mayor parte de las transmisiones llevan la "fecha judía" primero. Los augurios para el nuevo año se formulan generalmente antes de Rosh Hashaná, diciendo Shaná Tová.
Iom Kipur, ocho días después de Rosh Hashaná, es el día de la expiación, del juicio Divino y de "aflicción personal" (Lev. 23:26-32), de modo que el individuo pueda ser purificado de sus pecados. El único día de ayuno decretado en la Biblia, es el momento para que uno enumere sus malas acciones y reflexione sobre las faltas cometidas. Se espera que el judío, en este día, ore por el perdón de los pecados entre el hombre y Dios, y corrija sus acciones erradas y pecados entre el hombre y su prójimo. Los principales preceptos de Yom Kipur – prolongados servicios religiosos y un ayuno de 25 horas – son observados incluso por muchos laicos.
El nivel de solemnidad pública en Iom Kipur en Israel, sobrepasa el de cualquier otra festividad, incluyendo Rosh Hashaná. El país se detiene por completo durante 25 horas en ese día; los lugares de entretenimiento están cerrados, no hay transmisiones de radio ni de televisión – ni siquiera noticias; se suspende el transporte público e incluso las carreteras están completamente vacías. Esto se refuerza en Israel con el recuerdo de la guerra de 1973, un ataque sorpresivo lanzado en Iom Kipur por Egipto y Siria contra Israel.