La existencia de una considerable trama de actividades ilegales, principalmente vinculadas al narcotráfico y al lavado de dinero, sumada a la presencia de miembros del fundamentalismo islámico, han hecho del área compartida por Brasil, Paraguay y nuestro país un punto observado con especial inquietud.
Por estas razones, funcionarios del más alto nivel de los Estados Unidos se han reunido con representantes de nuestro país a fin de intercambiar información y analizar estrategias para controlar las actividades de la zona.
En la actualidad se estima que desde la Triple Frontera se financia a organizaciones terroristas con sede en otras partes del mundo, por lo cual la delegación de funcionarios estadounidenses está encabezada por el coordinador de la lucha contra el terrorismo del Departamento de Estado, también participa un experto del Departamento del Tesoro.
Este encuentro, además, hará posible estrechar el funcionamiento coordinado de los gobiernos de los tres países limítrofes, mejorando la prestación del servicio de seguridad en cada una de las jurisdicciones.
Recientemente en nuestro país se ha conformado, en la Cancillería, una representación especial para Asuntos del Terrorismo, y su titular, el embajador Marcelo Huergo, ha señalado que domina la visión de que «buena parte del producto de negocios ilícitos realizados en la Triple Frontera es transferido a terroristas.».
Para eso, los países de la región deberán arbitrar las medidas necesarias para evitar cualquier actividad que pueda beneficiar al terrorismo.
El hecho de que la Argentina haya sido blanco del terrorismo y el cambio del escenario internacional después del ataque a las Torres Gemelas, obligan a que se aúnen todos los esfuerzos para que la Triple Frontera no se convierta en una plataforma terrorista. Pero también es necesario evitar que el cumplimiento de ese objetivo se convierta en una puerta de entrada para fuerzas o influencias extracontinentales en el corazón del Cono Sur, en un punto que vincula a tres países. Fte Clarin