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The New York Times | Un túnel ofrece pistas sobre cómo Hamás utiliza los hospitales de Gaza

Por M S
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Itongadol.- (Por Matthew Rosenberg, Ronen Bergman, Aric Toler y Helmuth Rosales – The New York Times -NYT-) Los hospitales de Gaza se convirtieron en uno de los focos de la guerra entre Israel y Hamás, y ambas partes citan la forma en que la otra involucró a las instalaciones en el conflicto como prueba del desprecio del enemigo por la seguridad de los civiles.

En cuatro meses de guerra, las tropas israelíes ingresaron en busca de armas y combatientes varios hospitales, como el Hospital Qatarí, el Hospital Kamal Adwan y el Hospital Infantil Especializado Al-Rantisi. Pero el Hospital Al-Shifa cobró especial relevancia por ser el mayor centro médico de la Franja y por las afirmaciones de Israel de que los dirigentes de Hamás operaban un centro de mando y control bajo él. Hamás y el personal del hospital, por su parte, insistieron en que sólo era un centro médico.

El valor de Al-Shifa como objetivo militar no quedó claro de inmediato en los días posteriores al asalto del 15 de noviembre, ni siquiera después de que el ejército israelí hiciera público el video del túnel.

Las pruebas examinadas por el NYT sugieren que Hamás utilizaba el hospital como refugio, almacenaba armas en su interior y mantenía un túnel reforzado bajo el complejo que se abastecía de agua, electricidad y aire acondicionado.

Documentos clasificados de los servicios de inteligencia israelíes, obtenidos y revisados por el NYT, indican que el túnel tiene al menos 200 metros de largo -el doble de lo que los militares israelíes revelaron públicamente-, que se extiende más allá del hospital y que probablemente se conecta con la red subterránea más amplia de Hamás.

Según las imágenes clasificadas revisadas por el NYT, los soldados israelíes encontraron búnkeres subterráneos, viviendas y una sala que parecía estar cableada para computadoras y equipos de comunicaciones en una parte del túnel más allá del hospital que no eran visibles en el video difundido por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF).

Sin embargo, las IDF tuvo dificultades para demostrar que Hamás mantenía un centro de mando y control bajo las instalaciones. Los críticos de las IDF advirtieron que las pruebas no respaldan sus primeras afirmaciones, señalando que habían distribuido material antes de la incursión que mostraba cinco complejos subterráneos y que también habían dicho que se podía acceder a la red de túneles desde las salas del interior de un edificio del hospital. Israel, hasta el momento, sólo compartió públicamente la existencia de una entrada del túnel en los terrenos del hospital situada fuera de sus edificios principales.

Las IDF aseguran que actuaron con cautela porque el túnel tenía trampas explosivas y se quedaron sin tiempo para investigar antes de destruir el túnel y retirarse del hospital. Funcionarios israelíes y qataríes, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que Israel tuvo que abandonar el hospital para cumplir con los términos de un alto el fuego temporal a finales de noviembre.

Funcionarios estadounidenses destacaron que sus propios servicios de inteligencia respaldan el caso israelí, incluidas pruebas de que Hamás utilizó Al-Shifa para retener al menos a algunos rehenes. La inteligencia estadounidense también indica que los combatientes de Hamás evacuaron el complejo, destruyendo documentos y aparatos electrónicos días antes de que las fuerzas israelíes entraran en Al-Shifa.

Los hospitales están protegidos por el derecho internacional, incluso si prestan atención médica a combatientes, pero su utilización para otros actos «perjudiciales para el enemigo» puede convertirlos en objetivos legítimos de una acción militar. A pesar de esto, cualquier acción debe sopesar la ventaja militar esperada frente al daño esperado a los civiles.

Según las autoridades israelíes, Al-Shifa es un ejemplo de la voluntad de Hamás de utilizar los hospitales como cobertura y convertir a los civiles en escudos humanos. Los críticos del Estado judío, por su parte, afirman que también es un ejemplo de los daños que sufren los civiles cuando las fuerzas israelíes rodean y asaltan hospitales para perseguir a combatientes de Hamás o rescatar rehenes, operaciones que pueden dejar a los médicos sin combustible y suministros y a los residentes sin la atención médica que necesitan urgentemente.

Un ejemplo de esto ocurrió recientemente, cuando cinco bebés prematuros murieron en Al-Shifa antes de la operación de las IDF «debido a la falta de electricidad y combustible», según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, que ayudó a organizar la evacuación de otros 31 bebés.

«Todos sabemos que el sistema sanitario está o ha estado colapsado», declaró a la prensa Lynn Hastings, coordinadora humanitaria de la ONU para Gaza.

Israel inició la ofensiva terrestre en el enclave costero palestino tras el ataque dirigido por Hamás el 7 de octubre, en el que murieron al menos 1.200 personas y más de 200 fueron tomadas como rehenes. Desde el inicio de la guerra, más de 28.000 personas murieron en la Franja, según los responsables sanitarios de la zona.

Ante el oprobio internacional por sus incursiones en hospitales, Jerusalem publicó pruebas que, según afirma, demuestran que Hamás escondió combatientes entre los enfermos y heridos, y retuvo rehenes en las instalaciones. Las IDF remarcaron que antes de entrar en Al-Shifa avisaron a los ocupantes de los edificios, abrieron rutas de evacuación y enviaron equipos médicos de habla árabe junto con los soldados.

Sin embargo, Hamás y los funcionarios sanitarios de Gaza hicieron hincapié en que los hospitales sólo sirvieron como instalaciones médicas. Más allá de acusar a las IDF de colocar pruebas en los hospitales, Hamás y los funcionarios gazatíes no refutaron directamente las pruebas presentadas por Israel.

Las IDF aseguraron haber detenido a docenas de «terroristas» en el hospital de Kamal Adwan en diciembre y publicó videos en los que aparecían hombres armados. Un portavoz del Ministerio de Salud de Gaza declaró que las IDF habían pedido a los administradores del hospital que entregaran las armas de sus guardias de seguridad.

Tras el asalto al Hospital Qatarí, nombre con el que se conoce comúnmente al Hospital Sheikh Hamad bin Khalifa Al Thani de Rehabilitación y Prótesis, las IDF mostraron un video el 5 de noviembre de lo llamó la entrada a «un túnel que se estaba utilizando para infraestructuras terroristas» en los terrenos del hospital.

Pero el video parece mostrar algo más: un área de almacenamiento de agua realizada en 2016, cuando se construyó el hospital, según los planos de ingeniería y las imágenes de la construcción del hospital revisadas por NYT.

Las IDF se negaron a proporcionar imágenes adicionales para apoyar su afirmación de que se trataba de una entrada de túnel o parte de un complejo de túneles.

Justo antes de la incursión en Al-Shifa, las IDF entraron en el hospital Al-Rantisi el 13 de noviembre, poco después de que los pacientes y el personal que quedaban se hubieran retirado. A los pocos días, el ejército israelí compartió dos videos en los que se observaban armas y explosivos que habrían encontrado allí, así como una habitación en la que, según el ejército, se había retenido a los secuestrados. El Ministerio de Salud de Gaza refutó las afirmaciones de los videos y aseguró que las armas habían sido colocadas.

Otro de los videos difundidos por Israel mostraba a las tropas entrando con apuro en el hospital y encontrando explosivos, armas y la sala de rehenes. En el otro, el contralmirante Daniel Hagari, portavoz de las IDF, mostraba pistolas, explosivos y otras armas que, según él, se habían encontrado en el sótano del hospital.

El video incluía imágenes de un papel pegado a una pared del sótano del hospital. El almirante Hagari dijo que el papel -una cuadrícula con palabras y números árabes dentro de cada cuadrado- podría ser un horario para vigilar a los rehenes «donde cada terrorista escribe su nombre».

El Ministerio de Salud de la Franja señaló que no era más que un calendario de trabajo. Pero el calendario comienza el 7 de octubre, día del ataque terrorista de Hamás contra Israel, y un título en árabe escrito en la parte superior utiliza el nombre de los militantes para el asalto: «Batalla de inundación de Al Aqsa, 7/10/2023».

Dado su tamaño y su historia, tomar el control de Al-Shifa fue siempre un objetivo más importante para los militares israelíes que las otras instalaciones más pequeñas.

Existen pruebas sustanciales independientes de que Hamás construyó una vasta red de túneles a través de Gaza. Altos funcionarios de defensa israelíes que hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos de inteligencia, estiman que la red tiene entre 550 y 725 kilómetros, cifras extraordinarias para un territorio que en su punto más largo sólo tiene 40 kilómetros. Los funcionarios israelíes estiman que hay miles de entradas a la red.

También está documentado que Hamás utilizó Al-Shifa antes de la guerra para enmascarar algunas de sus actividades. Durante la guerra de tres semanas que Israel libró contra el grupo en 2008, se vio a combatientes armados de Hamás disfrazados de civiles por los pasillos de Al-Shifa y matando a un colaborador israelí, según un corresponsal del NYT que informaba en Gaza en aquel momento. Seis años más tarde, durante la siguiente ronda de combates, los militantes palestinos celebraron habitualmente conferencias de prensa en el hospital y lo utilizaron como lugar de reunión seguro para que los funcionarios de Hamás hablaran con los periodistas.

Después de esa guerra, Amnistía Internacional informó de que Hamás había utilizado zonas abandonadas de Al-Shifa, «incluida la zona de consultas externas, para detener, interrogar, torturar y someter a otros malos tratos a sospechosos, incluso mientras otras partes del hospital seguían funcionando como centro médico».

Los críticos de Israel, sin embargo, contraatacaron con declaraciones realizadas en su momento por dos médicos noruegos, que se describían a sí mismos como activistas pro palestinos y que habían trabajado en Gaza durante la guerra de 2014. Los doctores nórdicos insistieron en que no vieron presencia de Hamás en Al-Shifa.

Israel también difundió imágenes tomados por las propias cámaras de seguridad del hospital que, según afirma, muestran a dos rehenes siendo llevados a Al-Shifa poco después de ser secuestrados en el ataque del 7 de octubre.

El túnel de Al-Shifa se descubrió siguiendo unos conductos subterráneos que salían de los aires acondicionados alimentados por la red eléctrica del hospital y montados en uno de sus edificios, según las autoridades del Estado judío. Los soldados israelíes también encontraron pruebas de que el suministro de agua del hospital llegaba hasta el túnel.

Además, las IDF mostraron armas y otros equipos que se habrían encontrado en el interior de Al-Shifa, incluidas granadas cerca de una máquina de resonancia magnética. Entre el alijo presentado a los periodistas había pertenencias que, según funcionarios israelíes, habían sido sustraídas a los rehenes, incluida una bolsa con el nombre de Be’eri, un kibutz (comuna agrícola) atacado por Hamás.

Las IDF también mencionaron que habían encontrado armas en el estacionamiento de Al-Shifa y una Toyota idéntica a las utilizadas en el ataque del 7 de octubre, cargada con el mismo equipo que los militantes llevaban durante el asalto, incluyendo armas y granadas propulsadas por cohetes. Funcionarios israelíes especularon con la posibilidad de que se tratara de una camioneta de repuesto no utilizada en el ataque.

Parte de lo que las IDF compartió hasta el momento no coincide del todo con la descripción de un cuartel general terrorista que ofreció antes de su ofensiva terrestre de la Franja el 27 de octubre.

Bajo Al-Shifa, expresaron las IDF en un extenso post en su sitio web, «yace un laberinto de túneles y recintos subterráneos utilizados por los líderes de Hamás para dirigir las actividades terroristas y el lanzamiento de cohetes y para fabricar y almacenar diversas armas y municiones».

Puede que ya no haya forma de evaluar directamente esa afirmación. Las fuerzas israelíes permanecieron en Al-Shifa durante algo más de una semana.

Horas antes de que las fuerzas israelíes abandonaran el hospital el 24 de noviembre, los soldados cubrieron el túnel con explosivos y lo destruyeron con una explosión que lanzó columnas de humo al aire y sacudió los edificios situados en la parte superior.

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