Itongadol/AJN.- Cinco años pasaron desde el asesinato de Qassem Suleimani, el comandante de la Fuerza Quds iraní, en un espectacular ataque estadounidense y es una buena oportunidad para analizar las consecuencias en la región.
A. En resumen se puede decir que las raíces de la caída del eje de la resistencia que vimos el último año se pueden ver en el asesinato de Suleimani, y se puede apreciar cuán significativo fue la eliminación mirando la situación actual.
B. Cuando observamos la política de Israel en Medio Oriente, a menudo se asegura (y con razón) que cada personalidad asesinada tiene reemplazante, y pocos de los asesinatos son significativos durante prolongado lapso de tiempo. Hoy está claro que la eliminación de Suleimani no está dentro de este parámetro y la decisión tomada por el presidente Trump cambió el Medio Oriente y la incidencia de Irán en la región.
C. Algo está claro, nadie puede estar en el zapato de Suleimani. Su reemplazante, Qaani, no solo que no pudo suplantar su lugar, sino que en especial fracasó en su papel principal, permitirle a Irán controlar y manejar a sus emisarios en Medio Oriente. Su debilidad llevó a Nasrallah a adoptar un rol más importante en el liderazgo de los otros proxys, de manera que también afectó a Hezbollah.
D Es muy difícil suponer que Sinwar hubiera decidido llevar a cabo el ataque del 7 de octubre sin que Suleimani supiera de esto, y por supuesto que preparara al eje para una acción coordinada. La sorpresa que se llevaron el resto de los actores del eje por el ataque de Hamás, llevó a la construcción de una estrategia confusa e incoherente que fracasó de manera rotunda a la hora de explotar el éxito operativo del movimiento palestino de Gaza.
E El grado de independencia que vimos del lado del eje de la resistencia (por supuesto en los hutíes, pero también en las milicias chiitas en Irak e incluso Hezbollah), fue limitada en tanto Suleimani estaba con vida. Sin él, la conexión entre Hezbollah e Irán se vio afectada de manera importante y en especial la capacidad de Nasrallah de consultar y comprender mejor la mentalidad iraní.

F El liderazgo iraní perdió, desde su perspectiva, su mayor experto en asuntos de Medio Oriente, justo en la etapa que más lo necesitaba. La medida de desconexión y falta de comprensión de lo que sucedía en la región en general, y en especial con Israel, lo paga la dirigencia de Teherán actualmente, a raíz de las decisiones erradas derivadas de una falta de familiaridad con el equilibrio de poder en la región que llevó a Irán a una situación estratégica difícil, que también es el resultado de decisiones tomadas por proxys iraníes sin coordinación.
G La caída del régimen de Assad en Siria es otro resultado secundario de la eliminación de Suleimani, que era el único que podía coordinar los esfuerzos de Rusia, Hezbollah y otros factores chiitas en el país para salvar a Assad. Por supuesto, es difícil saber que hubiera pasado si Suleimani seguía vivo, pero es claro que no hubo un reemplazo con las capacidades de manejar los esfuerzos para proteger al gobierno de Damasco.
H De cara al futuro, Irán tiene dificultades para construir de nuevo las capacidades de Hezbollah sin Suleimani. Tras la Segunda Guerra del Líbano fue el jefe de la Fuerza Quds el que lideró, junto a Nasrallah, los esfuerzos por convertir al grupo chiita de ser un grupo armado a un ejército con capacidades estratégicas, pero actualmente, sin el iraní y el difunto líder de Hezbollah, y claramente sin un aliado en Damasco, el eje tendrá graves problemas para rearmar y reorganizar a la organización que opera en el Líbano.
En conclusión, se puede decir que la muerte de Suleimani marcó un hito en el llamado «eje de la resistencia» y sus consecuencias pueden verse al día de hoy.
Todo estaba centralizado en la figura del iraní y con su muerte las consecuencias pueden verse.