AJN/Itongadol.- Hoy, jueves, se llevaron a cabo en simultáneo y en todo el mundo rezos masivos por la liberación de los rehenes israelíes cautivos por Hamas y otras organizaciones terroristas palestinas y el bienestar de los soldados que están en la Franja de Gaza, en lo que constituyó la plegaria más grande de la historia del pueblo judío, con epicentro en el Muro Occidental, en Jerusalem.
Allí, antes del recitado de la oración del Shemá Israel, que consagra la unicidad divina, a las 17.30 (hora local, 12.30 de la Argentina), el rabino del Muro Occidental Shmuel Rabinovitch dirigió a familiares de rehenes en la lectura de salmos.
El padre del rehén Yigal Sarusi recitó la oración por los rehenes, seguido por el ex diputado y residente del kibutz Be’eri Haim Jelin, quien leyó salmos.
El sonido de las voces de niños pequeños y cientos de personas se hicieron eco de Rabinovitch y Jelin, recitando las familiares palabras del Shir Hamaalot, el Poema de las Ascensiones.
El padre de Sarusi les pidió a todos que despejasen sus mentes para escuchar la oración del Shemá (“Escucha, oh Israel”), que recitaron todos juntos.
“Pensemos juntos en los rehenes, en nuestros soldados y en la unidad del Estado de Israel para abrir las puertas del Cielo”, dijo Sarusi.
Rabinovitch les dijo a todos que se cubrieran los ojos mientras recitaba la oración.
Se hicieron sonar al unísono decenas de cuernos de carnero (shofar) retorcidos mientras familiares de rehenes mantuvieron los ojos cerrados y la cabeza inclinada en oración.
Rabinovitch continuó con el resto del Shemá, añadiendo bendiciones y oraciones que normalmente solo se recitan en las Altas Fiestas de Rosh Hashaná (Año Nuevo) y Iom Kipur (Día del Perdón).
El Shemá Israel es el nombre de una de las principales plegarias de la religión judía. Su nombre retoma las dos primeras palabras de la oración en cuestión, siendo esta a su vez la plegaria más sagrada del judaísmo.
El Shemá propiamente dicho dice: «Shemá Israel, H’ Elokenu, H’ Ejad», «Escucha Israel, D’s es nuestro Señor, D’s es Uno» y es la reafirmación del monoteísmo.
En estos momentos, tras cinco meses de la masacre, 134 personas permanecen secuestradas en ese enclave costero.