Itongadol.- Al menos 98 hombres israelíes que completaron su conversión ortodoxa al judaísmo están esperando desde abril la circuncisión financiada por el gobierno que finalizaría el proceso, explicaron las autoridades, citando complicaciones burocráticas y problemas de financiación.
El retraso, que afecta a varios soldados que prestan servicio en la Franja de Gaza e impide a algunos casarse, se debatió ampliamente el martes en la Comisión de Inmigración, Absorción y Asuntos de la Diáspora de la Knesset -el Parlamento israelí-, en una sesión a la que asistieron representantes de la Autoridad de Conversión del Estado, el Gran Rabinato, la Agencia Judía y el Ministerio de Salud entre otros.
El debate finalizó sin una solución concreta al problema, que la Autoridad de Conversión, un brazo del gobierno creado en 2000 para agilizar las conversiones, señaló que está trabajando para resolver en las próximas semanas.
El rabino Seth Farber, director de la organización ITIM, que ayuda a los conversos y a otras personas a superar la burocracia religiosa israelí, expresó a The Times of Israel que el retraso era el resultado de «un absurdo burocrático completamente evitable».
La Autoridad de la Conversión, por su parte, afirmó que había heredado el problema el 1 de enero, cuando el Gran Rabinato transfirió la responsabilidad de la circuncisión de los conversos a la Autoridad de la Conversión, según su director en funciones, el rabino Yehuda Amichai.
Para organizar las circuncisiones, declaró Amichai, la Autoridad está legalmente obligada a publicar una licitación, que tiene que ser aprobada por un comité externo, para los hospitales. Es necesaria una nueva licitación porque la anterior del Rabinato expiró y su contratista, el hospital privado Assuta de Ashdod, no renovará el contrato.
Bajo el contrato ahora expirado, Assuta recibió del gobierno alrededor de NIS 3,400 (900 dólares) por cada circuncisión que realizó.
En 2022, Assuta realizaba unas 150 circuncisiones al año a adultos convertidos, según Yehuda Cohen, director general del Gran Rabinato, que asistió al debate. Ese número se redujo a sólo siete en 2023 debido a la no renovación.
El aumento de los costos hizo que la tarifa de 3.400 NIS del Ministerio de Salud resultara poco atractiva para los hospitales. La Autoridad de Conversión está trabajando en la publicación de una nueva licitación con tarifas más atractivas, agregó Amichai, quién mencionó que los hospitales suelen cobrar el doble por las circuncisiones financiadas con fondos privados.
El Dr. Yakir Kaufman, alto funcionario del Ministerio de Salud, al que representó en el debate, remarcó que «parece que no hay incentivos para realizar la intervención con las tarifas actuales».
«Desde el punto de vista económico, no es rentable. Hay un problema con el precio del procedimiento para los hospitales», añadió Kaufman.
Finalmente, Cohen concluyó el debate diciendo que espera «que se resuelva ahora que [la circuncisión] se transfiere a la Autoridad de la Conversión».